Este viernes, el Consejo Constitucional francés sentencia sobre la constitucionalidad de la tauromaquia. ¿Qué decisión esperan?
Yo muy optimista no soy porque, al final, tenemos lo que tenemos y la presión es muy fuerte. Lo veo complicado.

¿Cómo cree que una sentencia contraria a las corridas repercutiría en el Estado español?
Yo creo que el impacto que puede tener en el Estado español es mínimo. Directamente, ninguno. Yo creo que en el Estado español, al final, lo determinante va a ser el estado económico en el que estamos, porque el tema de la tauromaquia está totalmente subvencionado desde Bruselas hasta el último municipio de turno. Yo confío en esto, en que al final, con la racionalización del gasto, esto acabará.

Precisamente el tema de la economía es, al menos formalmente, lo que ha llevado al Ayuntamiento de Donostia a anunciar que no renovará el contrato de Illumbe. ¿Qué le parece?
Muy satisfactorio. Además, no creo que el tema de Illumbe sea algo solo económico. Bildu tenía un programa electoral y ha seguido adelante con lo que había prometido en su momento. Pero el tema económico también es importante. Si tenemos en cuenta lo que se ha gastado en Illumbe en los últimos años, estamos hablando de 29 millones de euros dilapidados en la plaza de toros.

El Estado francés podría seguir los pasos del Parlament de Catalunya, que decidió prohibir las corridas pero mantener, al mismo tiempo, los correbous de las Terres de l'Ebre. ¿Cómo valoran la decisión catalana?
Desde Libera, lo que tenemos claro es que somos una asociación posibilista. Lo que tenemos claro es que vamos a ir a por todo lo que sea posible en cada momento. Por nuestra parte, lo deseable hubiese sido la eliminación de los bous, como lo hubiese sido la eliminación de cualquier tipo de utilización animal para el ocio. Lo que pasa es que en aquel momento, por las razones que fueran, políticamente fue posible y directamente se fue a por ello, no porque lo de los bous no implique sufrimiento, sino porque por motivos políticos, volvemos a lo de siempre, no se quería hacer.

Pese a la decisión de Donostia, las corridas parecen inamovibles en lugares como Iruñea o Zestoa, donde los partidarios de las novilladas ganaron en referéndum. ¿Cuál es su posición en este debate latente en Euskal Herria?
Por supuesto, la abolición; desde el punto de vista animalista no puede ser de otra forma. La tauromaquia implica la tortura de animales y no podemos estar más en desacuerdo. En concreto, también lo que te decía, me parece bastante esquizofrénico que nos estén hablando continuamente de recortes en sanidad, en educación, a todos los niveles y en todos los ámbitos, y luego nos encontramos con que Donostia se ha gastado 29 millones en una plaza de toros que nunca se llena, que siempre genera pérdidas, que en Gasteiz más de lo mismo, que en Bilbo, por desgracia, no hay manera de acceder a las cuentas de Vista Alegre, y mira que lo intentamos. Pero ya sabemos lo que ha pasado este año, ha sido una debacle en cuanto a asistencia de público, a pesar de esa campaña que han montado para intentar rejuvenecer las gradas. Al final es la taquilla la que manda.