Alternativa Galega de Esquerda se presenta a estas elecciones con el histórico militante Xosé Manuel Beiras a la cabeza. La creación de la alianza ha sido muy polémica. Provocó que desde el soberanismo se acusase a Beiras de abjurar del principio de autoorganización y de someterse a una coalición de obediencia Estatal.

En el programa aseguran que la primera acción sería «apartar el PP del gobierno» y «unir todas las fuerzas posibles». ¿No descartan ningún acuerdo caso de llegar al Parlamento el 21-O?

Pues sí, sólo descartamos acuerdos con el PP, se trata de apartarlos del gobierno, y para eso, como estamos en una democracia parlamentaria, aunque se pretenda camuflar como unas elecciones presidenciales de otro tipo, lo importante es unir las fuerzas para impedir que el PP siga gobernando. Eso es lo prioritario.

¿Qué modelo de relación con el estado defenderían desde el Parlamento gallego?

El gobierno gallego tiene que dejar de ser esa especie de gobierno de «diputación regional» en que tienen convertida la autonomía gallega y plantar cara dignamente a los dictados del gobierno central y a la sumisión al fascismo rampante del PP.

Defienden la reversión pública de las concesiones privadas. No suena sencillo...

No claro, no es sencillo, estamos en una situación grave y de emergencia nacional. Precisamos políticas decididas, arriesgadas. Hacen falta tiempo y voluntad política de hacerlo. Frenar las nuevas concesiones, cambios legislativos, políticas claras y sostenidas... Cuando nosotros decimos ¡Hay que pararlos! uno de los sentidos que tiene esa frase, que es algo más que un eslogan, es que hay que invertir los procesos que están llevando Galiza a la ruina.

En materia de autogobierno cuál es la propuesta de AGE. ¿Soberanía o mayores competencias?

No creo que sea una dicotomía, hay que ejercer a fondo las competencias, las que quedan tras la cesión sistemática que se viene haciendo de ellas por los sucesivos gobiernos, reclamar las que se fueron, y al tiempo utilizar la cámara y el gobierno gallego como caja de resonancia e impulso de las aspiraciones de soberanía para ser ejercida por el pueblo gallego. La batalla está fuera, en la sociedad civil, el pueblo tiene que ser el protagonista... Como está sucediendo por ejemplo en Catalunya, la ciudadanía va por delante de las instituciones, no al revés.

Demandan el «Control democrático de la política monetaria», de alcance estatal. ¿Qué medidas podrían adoptar desde lo marco autonómico?

Desgraciadamente esas políticas -con la cesión de soberanía incluso la «española» que llevan haciendo los «vendepatrias» de los gobiernos centrales, la monetaria, la económica y ahora viene la fiscal- hoy están muy lejos, ni siquiera las estatales. Las cosas hay que contemplarlas con la perspectiva de estar en un fin de ciclo político, el fin de la segunda restauración borbónica salida del franquismo y de que precisamos una quiebra democrática hacia nuevas fórmulas de estructuración de un Estado plurinacional y de una Europa de los pueblos. Esta “guerra” es impensable sin una gran solidaridad internacional, en el Estado, en Europa y en el mundo. Estamos ante tiempos nuevos.