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Barcina admite que fue consciente de que nombrar a Pejenaute conllevaba «cierto riesgo»

La presidenta del Gobierno de Nafarroa, Yolanda Barcina, ha reconocido que fue «consciente» de que al nombrar a Jesús Pejanute consejero de Política Social «podía asumir cierto riesgo» y ha señalado que por eso tomó «toda las cautelas». Sus explicaciones no han satisfecho a la oposición.

La presidenta del Gobierno de Nafarroa, Yolanda Barcina, durante su comparecencia. (Idoia ZABALETA/ARGAZKI PRESS)
La presidenta del Gobierno de Nafarroa, Yolanda Barcina, durante su comparecencia. (Idoia ZABALETA/ARGAZKI PRESS)

Barcina ha comparecido ante la comisión de Régimen Foral para explicar, a petición del PSN, BaNai, Bildu e Izquierda-Ezkerra, los precedentes, nombramiento y dimisión de Pejenaute, a quien la asociación Kontuz vinculó con un presunto blanqueo de hasta 180.000 euros realizado en Caja Navarra en febrero de 2007, cuando ocupaba el puesto de subdirector de la entidad.

Las explicaciones de la presidenta foral no han convencido a ninguno de los grupos proponentes, llegando incluso el portavoz de Izquierda-Ezkerra, Txema Mauleon, a apelar a la responsabilidad de la oposición para registrar «mañana mejor que pasado» una moción de censura con el objetivo de que el nuevo Gobierno convoque elecciones.

Yolanda Barcina ha reiterado que conocía el expediente de investigación abierto por Caja Navarra y que, por eso, tomó «unas cautelas», que no ha adoptado con ningún otro consejero, antes de su nombramiento, el pasado mes de junio, tras la ruptura del Gobierno UPN-PSN.

Por eso, ha agregado, consultó primero a Caja Navarra para constatar que «ni siquiera se apreció una infracción profesional merecedora de sanción» y después requirió de Pejenaute una garantía de que «en todo momento» había estado al día de sus obligaciones fiscales «en tiempo y en fondo», sin necesidad de recurrir a ningún tipo de declaración complementaria.

«Por supuesto que podía haber optado por nombrar a otra persona», ha señalado Barcina, quien, tras afirmar que «en el banquillo de UPN tenemos a los mejores», ha comentado que quiso «no ser conservadora» y decantarse por «un perfil novedoso» como el de Pejanaute «que pensé que podía aportar mucho».

Tras insistir en que Jesús Pejenaute, que presentó una denuncia judicial contra Kontuz el mismo día, «reunía las condiciones adecuadas para liderar un departamento tan sensible», Barcina ha valorado que en estos cuatro meses «no defraudó mis expectativas» y ha deseado que «cuando los tribunales resuelvan, se le reconozca de alguna manera el daño que se le ha podido hacer».

Sobre la dimisión, Barcina ha confesado que no tuvo otra opción que aceptarla «porque era absolutamente irrevocable» ya que él entendió que se iba a defender mejor desde fuera del Gobierno y tampoco quería que se utilizasen los hechos para dañar al Gobierno, a Barcina y a UPN.

Una intención esta última que Barcina ha asegurado haber visto en Bildu, a quien ha atribuido «lo que pareció una acción orquestada» con la asociación Kontuz «de la izquierda abertzale».

«No debió nombrarlo»

La explicación de Barcina ha sido calificada irónicamente de «exhaustiva y extensa» por Juan José Lizarbe, del PSN, quien ha subrayado que si la presidenta conoció los hechos «no debió nombrarlo». «Tardó demasiado tiempo en decir algo y lo que ahora dice no nos convence», ha agregado.

Los miembros del PSN, ha dicho, «no nos damos por satisfechos» con esa explicación, «no nos convence» y «seguimos pensando que es un error más y muestra de una debilidad gubernamental y de una gestión de gobierno errática y desorientada».

Por Nafarroa Bai, Txentxo Jiménez ha criticado la inexistencia de «una explicación oficial» que ahora, ha agregado, «tampoco consideramos que la hemos recibido» ya que «seguimos teniendo dudas muy serias».

Al respecto ha señalado como «la hipótesis más razonable» que los 180.000 euros en billetes de 500 euros que se cambiaron por billetes más pequeños podían proceder, tras la venta de un inmueble, de un sobreprecio que no se había declarado, ya que en caso contrario «igual no habría tenido que dimitir».

Eludir la responsabilidad

Maiorga Ramírez, de Bildu, ha mostrado su «estupefacción absoluta» por la intervención de Barcina, que ha calificado de «absolutamente inaceptable», ya que a su entender, ante un «hecho de profunda gravedad» ha pretendido «eludir su responsabilidad de dar las pertinentes explicaciones con una intervención de apenas tres minutos y sin responder a ninguna de las cuestiones».

Ha recordado asimismo a Barcina que, cuando ocurrieron los hechos, ella era presidenta de la comisión de control de Caja Navarra, por lo que «no necesitaba verificar su historial» ya que «conocía perfectamente ese episodio».

Txema Mauleon, de Izquierda-Ezkerra, ha señalado que lo ocurrido es «una nueva muestra» de un Gobierno en minoría «que hace aguas y no tiene rumbo ni capacidad de dar estabilidad» por lo que ha considerado que «ha llegado el momento de decir basta ya».

La postura de estos grupos ha sido criticada por el portavoz de UPN, Sergio Sayas, para quien todo había sido «muy previsible» ya que «se diesen las explicaciones que se diesen, los discursos estaban perfectamente medidos y responden a una estrategia perfectamente clara». «A ustedes les da igual las razones, lo que quieren es enfangar», les ha recriminado.

También Enrique Martín, de PPN, ha considerado que la situación se resolvió de la mejor manera posible, con una dimisión que ha calificado de «un paso necesario y hasta si quieren obligado» que, ha dicho, «respetamos y entendemos».

Ha reconocido no obstante que los hechos generaron «importantes dudas» en la sociedad navarra y pusieron al Gobierno «en una situación muy difícil» ya que la gestión pública «requiere una trayectoria intachable» y en este caso, ha señalado, la actuación pudo ser legal pero no fue «un comportamiento ejemplar» el que Pejenaute tuvo en su día.