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MADRID

Torres: «Urdangarín podía hacer lo que viniera en gana siempre y cuando no figurara»

Diego Torres, exsocio de Iñaki Urdangarín, declaró ante el juez que se acordó que la «salida formal» de este «se hiciera cuanto antes para apaciguar un poquito la sensación de crítica a don Iñaki», por lo que su salida de Nóos fue, según llegó a decir el magistrado, «un simulacro».

Diego Torres y su mujer Ana María Tejeiro, también imputada, al acudir a declarar. (Jaime REINA / AFP)
Diego Torres y su mujer Ana María Tejeiro, también imputada, al acudir a declarar. (Jaime REINA / AFP)

Diego Torres, exsocio de Urdangarin, aseveró en la declaración que prestó el sábado pasado ante el juez instructor del caso Nóos, José Castro, que para el yerno de Juan Carlos de Borbón era «muy duro y muy difícil de aceptar» que la Casa Real española, a través de su asesor externo, José Manuel Romero, le instase en 2006 a dejar la presidencia del Instituto Nóos y a dedicarse «a otro tipo de actividades».

Así consta en su declaración, cuya transcripción, a la que ha tenido acceso Europa Press, ha sido notificada este viernes a los abogados, en la que aseguró que, pese a las instrucciones procedentes de Zarzuela, continuó detrás de los proyectos puesto que «seguía teniendo mucho interés en estas actividades».

Explicación que llevó al magistrado a preguntarle «porqué se hizo entonces ese simulacro de apartamiento», a lo que Torres respondió: «Por presión mediática y por decir 'ya lo estoy dejando'».

Ante esto, el juez le preguntó si era cierto el hecho de que, de acuerdo a las indicaciones que recibió el yerno del rey español, «Urdangarin podía hacer lo que le viniera en gana, siempre y cuando no figurara en los órganos de administración», a lo que Torres contestó que «en esencia, lo que el señor Romero le vino a decir era así».

Según explicó Torres, esto tuvo lugar en una reunión que mantuvieron Romero, Urdangarín y él mismo, en la que, tal y como recordó, el asesor externo comentó que «dada la presión de la prensa» en torno a los proyectos impulsados por Nóos, «seguir trabajando en esta línea era insostenible». «La opinión del señor Romero y la mía eran coincidentes, aunque era muy duro y muy difícil de aceptar por el señor Urdangarin», recalcó.

Así, durante ese encuentro y en reuniones posteriores «debatimos largo y tendido cuáles debían ser esas actividades [a las que debía dedicarse a partir de entonces el yerno del rey español], cómo se debía hacer el proceso». De tal modo que, señaló, algo que se determinó en el encuentro inicial fue que la salida «formal» de Urdangarin «se hiciera cuanto antes para apaciguar un poquito la sensación de crítica que estaba recibiendo don Iñaki», lo que sucedió el 20 de marzo de 2006.

Al respecto, el juez espetó: «Y por lo tanto viene ese acta del 20 de marzo de 2006, donde se dice que se separa y que todo el mundo parece llorar la pérdida del señor Urdangarin, cuando el señor Urdangarin seguía yendo por las oficinas. Es verdad, ¿no?». «Efectivamente», admitió Torres.

De hecho, un documento interno del Instituto Nóos, al que tuvo acceso Europa Press, que informaba de la salida de la entidad por parte de Urdangarín, destacaba entonces que gracias a su «experiencia» y a la labor desarrollada por él al frente del Instituto, Nóos «se ha enriquecido enormemente».

El documento plasma el agradecimiento que la asamblea general de de Nóos trasladó al principal imputado de la pieza número 25 del caso Palma Arena, que indaga estos hechos. El texto ensalzaba las aportaciones de Urdangarin durante la primera etapa en la andadura de Nóos y destacaba de él que hubiese sabido «aportar a este proyecto el bagaje de su carrera como deportista de máximo nivel».

Los miembros de la asamblea elogiaban de esta forma la «excelente tarea desempeñada» durante la etapa en la que Urdangarin formó parte de la entidad y expresaban sus «deseos de éxito y su confianza» en el nuevo proyecto en el que Urdangarín a iba a embarcarse, «encaminado al fomento del deporte como herramienta para la integración social».