
El foro, inaugurado este domingo y que se extenderá hasta el martes, tiene por objetivo reunir experiencias y propuestas para la eventual llegada de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a la vida política, uno de los aspectos clave que se discuten en La Habana entre el Gobierno de ese país y la guerrilla colombiana.
Entre los panelistas internacionales convocados estuvo la viceministra de Gobernación de El Salvador, María Ofelia Navarrete, quien ha advertido de que la paz solo se instala en un país en conflicto tras un proceso de «tolerancia y diálogo» entre las partes enfrentadas y ese es el principal reto cuando llega el momento de la participación política.
«Ninguna cosa es tan grande como la paz», ha remarcado la que fue combatiente de las Fuerzas Populares de Liberación, una de las organizaciones salvadoreñas que crearon en 1980 el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Durante el panel en el que Navarrete ha expuesto la experiencia salvadoreña participaron otros protagonistas de procesos de paz en distintos países, como Kristian Herzbolheimer, observador internacional del diálogo entre el Gobierno de Filipinas y el Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI).
Herzbolheimer se ha mostrado convencido de que los conflictos prolongados y de baja intensidad, características que comparten Colombia y Filipinas, sí tienen salida hoy día.
No obstante, ha advertido de que «las guerrillas están mal preparadas para gobernar, y necesitan apoyos y alianzas; pero también que los Estados en construcción están mal preparados para cumplir con las responsabilidades del plan de derechos, aunque haya voluntad política».
Además de las experiencias de El Salvador y Filipinas, los asistentes al foro han podido escuchar testimonios de protagonistas de Uruguay y Sudáfrica.
Entre los representantes de los partidos y movimientos políticos colombianos, que han participado también en el foro, ha habido consenso en que se den las garantías para que los guerrilleros desmovilizados participen en política.
«Condición obvia»
Antonio Navarro Wolff, representante del Movimiento Progresistas y quien fue miembro de la guerrilla M-19, ha declarado a Efe que «a nadie le cabe en la cabeza que los jefes de las FARC acepten irse presos» y que "la participación de ellos en la política es una condición obvia" de la negociación.
Una opinión parecida ha expresado el senador del Partido Conservador Hernán Andrade, que se ha mostrado favorable a ampliar las garantías políticas para «abrir el espacio democrático» y facilitar así «el aterrizaje de los grupos insurgentes» en el sistema político.
La exsenadora Piedad Córdoba, líder del movimiento Marcha Patriótica, de reciente creación y que se especula podría ser el espacio utilizado por los guerrilleros desmovilizados para participar en política, ha reclamado la implementación de «un sistema electoral confiable, transparente y con voto electrónico».
A su vez, el presidente del Senado colombiano, Roy Barreras, del oficialista Partido de la U, ha pedido a las FARC que hagan un gesto de buena voluntad y que, como reconoce el Ejecutivo a las víctimas mediante la Ley, pidan perdón a los afectados por sus actos.
El foro se prolongará hasta este martes, cuando se harán públicas las conclusiones.
Después, Naciones Unidas y la Universidad Nacional de Colombia las enviarán el próximo 20 de mayo a las delegaciones del Gobierno y las FARC que negocian la paz en La Habana.

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