Rafael Correa, que llegó al poder en 2007, ha declarado en una entrevista en televisión que «sería un gran fracaso» para el movimiento Alianza País, que él dirige, terminar su gestión en 2017 y que no haya quién le sustituya.

«Todos somos necesarios, pero nadie imprescindible», ha apostillado el mandatario ecuatoriano, que fue reelegido tras alcanzar una contundente victoria en los comicios del 17 de febrero.

Ha destacado la victoria que Alianza País logró en las elecciones legislativas celebradas en la misma fecha y ha opinado que, con el control del Parlamento, donde tendrá una amplia mayoría, «está prohibido fallar».

«Hemos avanzando mucho, el país es totalmente diferente al que recibimos hace seis años», pero todavía «queda mucho por hacer», ha indicado.

Correa ha denunciado que los gobiernos «progresistas» de la región, como los del boliviano Evo Morales y del venezolano Nicolás Maduro, han padecido una «constante presión» de grupos de poder extranjeros.

Sobre la situación económica ha señalado que su país estima que este año se alcancen unos 5.700 millones de dólares por ingresos petroleros, lo que aportaría unos 4.000 millones al presupuesto del Gobierno.

Ha dicho que el presupuesto del Estado de este año tendrá «el mismo nivel» de 26.000 millones de dólares que se había calculado a inicios del año.

Correa ha agregado que en su nuevo periodo promoverá una «nueva ley de régimen monetario» y una «nueva ley de instituciones financieras», para asegurar que no sea el capital financiero el que dirija los destinos nacionales, como ocurría en el pasado, sino para garantizar que «aquí mande el pueblo ecuatoriano».