
El asalto a Herrira, que ha desembocado en la suspensión de actividades de un movimiento que trabajaba por los derechos humanos de los presos vascos, está teniendo un efecto bumerán en defensa de ese proceso y de esos derechos. Las movilizaciones organizadas por la mayoría sindical el viernes y las iniciativas realizadas durante toda la jornada pueblo a pueblo bajo la etiqueta «Irekitaldia» evidenciaron un amplio rechazo, repetido en las calles desde el mismo lunes. Y la fotografía más masiva de esta respuesta se obtendrá esta tarde en Bilbo, con la manifestación que partirá de La Casilla a las 17.30.
La lista de adhesiones resulta casi interminable. La movilización tiene el impulso de la mayoría sindical, de partidos políticos que van desde Sortu hasta EB y de organizaciones sociales de todo tipo. También la Diputación de Gipuzkoa se une, así como Udalbiltza. La presentación realizada el martes, tras consensuarse la movilización en cuestión de horas tras producirse la operación de la Guardia Civil, ya congregó a cientos de personas en Bilbo. Los preparativos han tenido que realizarse obviamente a contra reloj, de modo que los detalles exactos de la manifestación no se conocerán hasta este mediodía.
Por medio, la decisión de la Audiencia Nacional española de dejar libres a los dieciocho detenidos no ha atenuado la sensación de atropello y de vuelta atrás en el tiempo. Entre otras razones, porque al mismo tiempo se confirmó que Herrira queda suspendida.
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