«Sigue siendo un recinto en construcción y de las obras ya construidas y en uso existen algunas partes aún no recepcionadas», recuerda no obstante IDOM en una «nota aclaratoria» en la que expone la situación de las zonas que están causando molestias a los socios en los días de lluvia.
En primer lugar reconoce que existe un «retraso» en la colocación de los vidrios de los grandes ventanales de la fachada y subraya que a pesar de que «se pensaba que esto no iba a representar ningún problema», finalmente «se ha optado por implementar una solución provisional» para evitar «los inconvenientes detectados».
Sobre la fachada, «parcialmente abierta para que los espacios de circulación tras el graderío cumplan los estándares de seguridad y ventilación requeridos», han observado que «en torno al 5% del total» existe «una entrada excesiva de agua» que se solventará «tapando algunos de los huecos más expuestos».
También aclara respecto a las localidades a las que alcanza la lluvia que la cubierta «cubre en proyección vertical la totalidad del graderío, llegando hasta la valla del terreno de juego» lo que implica que en función de la intensidad de la lluvia y del viento «entrará agua a un número variable de las primeras filas. IDOM hizo una propuesta inicial de cubrir completamente el campo con una cubierta móvil que hubiera protegido la totalidad del graderío. Esta solución fue descartada por su excesivo coste para el uso previsto», aclara.