Hace nueve meses la cadena valenciana anunciaba su desembarco en 2014 en la CAV, única comunidad de todo el Estado a la que no había llegado su expansión y donde tendrá que competir con grupos fuertemente implantados como Eroski o Uvesco. Ahora se confirma que los primeros supermercados los abrirá en Gasteiz, donde el próximo año estarán operativas las tiendas del Alto de Armentia y Olarizu, en una lonja del polígono de Esmaltaciones San Ignacio.
Además, acaba de adquirir otra parcela para un tercer supermercado en Ali-Gobeo, entre la fábrica de Mercedes y los «pisos rojos» de Sansomendi. En realidad, se trata de dos parcelas propiedad del Ayuntamiento que las había puesto a la venta para obtener liquidez, y que han sido adjudicadas a Mercadona al ser la única que pujó por ellas.
En Gipuzkoa y Bizkaia, sin embargo, el proceso de adquisición de parcelas o locales va más lento y se está encontrando con dificultades administrativas, por lo que este próximo año no se abrirá ningún supermercado. Lo único que confirman desde la cadena presidida por Juan Roig es que siguen buscando posibles localizaciones en municipios de más de 25.000 habitantes.
En cualquier caso, serán centros de tamaño medio, con una sala de ventas de 1.500 metros cuadrados y sin secciones de electrónica, juguetes o textil -ya nadie apuesta por los grandes hipermercados-, cada uno de los cuales generará 40 nuevos empleos, lo que elevará el total de la plantilla en la CAV a mil empleos en los próximos seis años. La compañía asegura que la mayor parte de estos puestos serán «estables» y con sueldos netos de 1.600 euros (con cuatro años de antigüedad e incluidas las primas por cumplimiento de objetivos).
Proveedores
En cuanto a la relación con los proveedores, Mercadona se ha comprometido con el Gobierno de Gasteiz a realizar anualmente compras por valor de al menos 150 millones de euros a proveedores agroalimentarios locales, que irán incrementándose con la apertura de nuevos supermercados. Eso sí, los productores que trabajen con Mercadona deberán fabricar grandes volúmenes, ya que tendrán que garantizar el suministro a los más de un millar de supermercados de los que dispone actualmente, aunque en el caso de productos como el txakoli o el queso de Idiazabal, su venta se restringirá a los centros locales.
Actualmente, los proveedores vascos que surten sus productos a Mercadona son la cooperativa láctea Iparlat de Urnieta, el fabricante de sopas, salsas y platos preparados Interal (Lezo), los fabricantes hortofrutícolas Productos Naturales de la Vega (Lodosa) y Ultracongelados Virto (Azagra), y la organización de productores de pesca de bajura de Gipuzkoa, Opegui, a través de la cual pretende colocar directamente en los supermercados el pescado capturado por los arrantzales vascos.
Este proyecto se enmarca en la apuesta para aumentar las ventas de productos frescos, para lo cual ha cambiado drásticamente su fórmula de gestión en las secciones de frutas, verduras y pescados, eliminando al máximo los intermediarios.
El grupo valenciano siempre ha hecho gala de potenciar el «producto nacional», aunque sus más directos competidores le acusan de hacer desaparecer al pequeño productor.
En la actualidad, Mercadona cuenta con 1.400 supermercados y dispone de una plantilla de más de 70.000 personas. Cerró el ejercicio de 2012 con un beneficio neto de 508 millones y un volumen de facturación de 19.077 millones (un 7% más que en 2011), por delante de los 10.000 millones de Dia, los 9.000 millones de Carrefour o los 6.000 millones de Eroski.
Las inversiones ascendieron a 650 millones, destinados principalmente a la construcción de 60 nuevas tiendas y dos nuevos centros logísticos, así como a la reforma de 55 supermercados para adaptarlos al nuevo modelo de venta de producto fresco.
Empresa familiar, fiel a sus orígenes y amante de la discreción
Mercadona, la cadena de distribución líder en el Estado español, fue fundada en 1977 por Francisco Roig y su esposa Trinidad Alfonso, que transformaron las carnicerías del negocio familiar en tiendas de ultramarinos. Tras su fallecimiento, la compañía es dirigida por su hijo Juan Roig -hermano de Fernando, presidente del Villarreal C.F.- y su esposa Hortensia Herrero, quienes ostentan la mayoría del capital.
Basta con echar un vistazo a la composición del Consejo de Administración para comprobar que es la familia, y solo la familia, la que dirige los designios del grupo: Juan Roig es el presidente, Hortensia Herrero la vicepresidenta, y sus hijos Fernando, Hortensia, Amparo y Juana, cuatro de los cinco vocales, ostentando otra de las hijas, Carolina, el cargo de secretaria.
A lo largo de tres décadas, Mercadona se ha ido expandiendo poco a poco, con la apertura de nuevos centros y adquisición de pequeñas cadenas en Valencia, Catalunya y Madrid, sin desembolsos exagerados, lo que, unido al éxito de su negocio, le ha llevado a convertirse en el número uno del sector de la distribución.
Pese a sus espectaculares cifras, Mercadona es una empresa que mantiene su sede central en el primer supermercado del grupo, en la localidad valenciana de Tavernes Blanques. Todos los que acuden allí se quedan sorprendidos de que las oficinas centrales del primer grupo de distribución del Estado estén ubicadas en un humilde edificio y no en una sede más moderna y ostentosa, algo que la familia Roig Herrero ha querido evitar en todo momento.
Esta discreción, sin embargo, se veía empañada este verano al verse la compañía involucrada en el «caso Bárcenas» como uno de los presuntos donantes del PP (90.000 euros en 2004 y 150.000 en 2008). Mercadona lo niega todo y está consiguiendo quedarse al margen, ya que por el momento ninguna acusación ha solicitado al juez instructor que se impute a su presidente o al menos se le llame a declarar. J.S.
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