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Madrid

Los obispos defienden que «el aborto no es la solución», ni siquiera en caso de malformación

El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo, ha defendido que la solución ante la malformación de un feto, situación que no está contemplada como un supuesto en la reforma de la Ley del Aborto, «no está en la muerte de un inocente».

Jose María Gil Tamayo, portavoz de la Conferencia Episcopal Española. (www.conferenciaepiscopal.es)
Jose María Gil Tamayo, portavoz de la Conferencia Episcopal Española. (www.conferenciaepiscopal.es)

«Lo que hay que hacer son políticas sociales y leyes de verdadero acompañamiento en favor de los más necesitados y débiles. La eliminación de un ser inocente nunca es la solución a un problema porque, en ese caso, acabaríamos en el mundo con el hambre, eliminando a las personas, y así se tocaría a más», ha comentado Gil Tamayo.

Preguntado en relación a los abortos terapéuticos, en los que las malformaciones del no nacido son incompatibles con la vida, el representante de los obispos españoles ha insistido en que «la opción por la muerte no sería el camino. Yo tengo ahí, lo digo personalmente, una postura a ultranza de defensa de la vida absoluta. Abrir un camino y un resquicio supondría abrir una puerta a una línea eugenésica, porque luego entraríamos en los distintos tipos de calidad de vida».

Gil Tamayo ha reconocido que «hemos hecho poco para acompañar adecuadamente a las mujeres que se encuentran en situaciones muy duras, donde el aborto se les presenta como una rápida solución a sus profundas angustias, particularmente cuando la vida que crece en ellas ha surgido como producto de una violación o en un contexto de extrema pobreza».

A su juicio, el «gran drama del aborto es la aceptación social» porque, en su opinión, «hemos llegado a una sociedad que, por desgracia y por pérdida de valores y las circunstancias históricas, hemos perdido grados de valoración de la vida. Hemos ido perdiendo tono de altura moral, y eso es una tarea pastoral para la Iglesia, que le incumbe».

Por ello, los obispos defienden que el texto del anteproyecto presentado por el Gobierno del PP supone «un avance positivo con respecto a la legislación vigente, que considera el aborto como un derecho. Nadie tiene derecho, en ninguna circunstancia, a quitarle la vida a un ser humano inocente. El aborto no es la solución, de la misma manera que el niño que va a nacer no es el problema».