GARA BILBO

La izquierda abertzale afronta «los nudos de la territorialidad»

La apuesta por la fusión de los territorios vascos es el modelo que la izquierda abertzale plantea en la reflexión «Euskal Herria Bidean» en el ámbito de la unidad territorial a trabajar dentro de «euskal bidea». Defiende que es la fórmula para pasar a nuevos escenarios e incide en que «no es un proceso de arriba a abajo», sino que obedece a la necesidad de impulsar «fórmulas en las que tengan cabida la totalidad de territorios, identidades, sentimientos y ámbitos vascos».

«Euskal Herria llegará a ser una unidad política porque la ciudadanía así lo desee y así lo decida». Es una de las bases que deja sentada la reflexión «Euskal Herria Bidean», el documento que apunta las líneas de intervención de la izquierda abertzale y que se resumen en la llamada «vía vasca», que compartirá con las bases en las asambleas que se llevarán a cabo en las próximas semanas. La idea es construir «nuestro propio camino» sin esperar a los Estados, por lo que defiende el desarrollo progresivo de la soberanía, la unilateralidad y la acumulación de fuerzas, entre otras formas de actuación, con el derecho a decidir libremente como bandera.

En lo que respecta a la territorialidad, el documento precisa el modelo de la fusión entre los territorios vascos como una vía para «desatar los nudos de la unidad territorial». Propugna desde la unión entre iguales respetando la diversidad y las peculiaridades, conformando mayorías y aunando voluntades, y plantea que debe ser de raíz democrática, de forma que la ciudadanía será la protagonista de las decisiones correspondientes.

La fusión se plantea, además, como «antídoto» a otros posibles diseños, como la posición favorable a materializar en la CAV pasos estratégicos, consiguiendo primero la independencia de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, y dejando para más adelante la del resto de los territorios, lo que, a juicio de la izquierda abertzale, podría «perpetuar la fractura» territorial.

El documento alude al necesario cambio político en Nafarroa Garaia frente a una mera alternancia en el gobierno, sitúa el trabajo a realizar en la CAV en la ponencia del Parlamento de Gasteiz, y cita expresamente la necesidad de impulsar una interacción política e institucional permanente entre la CAV y Nafarroa. En lo que respecta a Ipar Euskal Herria, sitúa el primer gran reto en la consecución de la institución propia y resalta la diferenciación del Estado francés y su fortalecimiento como sujeto político.

Prioridad, las políticas sociales

Entre los principios que regirán el trabajo de la izquierda abertzale, se refuerza la apuesta por la unilateralidad. «Tiene que empapar toda nuestra estrategia y ser la base de un esfuerzo continuado, generoso y valiente», señala el documento, unido al principio de confrontación democrática «mediante posiciones adecuadamente planteadas y por medio de una amplia legitimación democrática».

Alude también a la desobediencia como instrumento al servicio de los objetivos y a la activación popular, de cara a conseguir «sinergias y niveles de adhesión desconocidos hasta ahora», pero «respetando totalmente la autonomía de cada organización y desde la diversidad, aunando fuerzas a favor del cambio político y social de Euskal Herria».

Se mantiene la apuesta por la acumulación de fuerzas que construyan mayorías a favor de la resolución del conflicto, de los derechos y la vuelta a casa de los presos y refugiados, del derecho a decidir y de la posibilidad de materializar cualquier proyecto político, así como para «hacer frente al neoliberalismo e impulsar y empezar a construir otro modelo cultural, social y económico».

La estrategia a seguir pasa también por desarrollar instrumentos «necesarios como pueblo» y fija como prioridad «reivindicar con firmeza el derecho que tenemos a decidir las políticas fiscales y financieras». Se propone que en las instituciones se tomen decisiones propias que respondan a las necesidades de la ciudadanía, «siempre con el apoyo de la sociedad y sus diferentes actores», y dar prioridad a «un acuerdo encaminado a garantizar los derechos sociales básicos». Esa apuesta pasa por una estrategia compartida a favor de un nuevo modelo socioeconómico y cita expresamente la necesidad de superar el límite de endeudamiento fijado por Bruselas y Madrid y empezar a garantizar nuevas políticas sociales libres de precarización y de recortes.

La propuesta incluye concreciones en materia lingüística y en el ámbito de la educación. «En la vía vasca hay que debatir, acordar y materializar las políticas lingüísticas y culturales mano a mano y en colaboración con otros actores», recoge el documento, en el que también se aboga por ahondar en una dinámica social, política e institucional para avanzar en la estructuración de una sistema educativo propio para Euskal Herria.