Durante el juicio que ha tenido lugar esta mañana en la Audiencia Nacional española, Jon Enparantza también ha aprovechado su última palabra para recordar los casos de otros desaparecidos como Popo Larre, Joxe Migel Etxeberria ‘Naparra’ y Eduardo Moreno Bergaretxe ‘Pertur’, así como para denunciar la muerte en prisión de Arkaitz Bellon.

La sesión se ha convertido en un intento por parte de Fiscalía de defender la versión oficial española sobre la desaparición y el fallecimiento de Anza, mientras que Enparantza ha insistido en la tesis que defiende la familia: «Hubo dos manos negras, la que denuncié en su momento y la francesa, que sirvió para ocultar los hechos».

El fiscal mantiene su petición de multa de 5.760 euros, mientras que la defensa, ejercida por Alfonso Zenon, ha reclamado la libre absolución.

En su testimonio, el letrado, que permanece en prisión desde la operación desarrollada por la Guardia Civil contra la interlocución de EPPK, ha insistido en los puntos negros de la investigación. Solo ha respondido a preguntas de su defensa, recordando que no se ha explicado por qué Anza permaneció durante un año en la morgue de Toulouse ni por qué unos guardias civiles abandonaron apresuradamente un hostal de la localidad occitana olvidando sus pistolas, tal y como publicó un medio español. «Estoy aquí porque Rubalcaba se querelló contra quien cuestionaba la versión oficial», ha explicado.

En este sentido, ha reconocido haber tomado parte en la comparecencia, en la que también participaron miembros de la familia de Anza, así como partidos políticos y sindicatos. «Expusimos las tesis que hemos mantenido hasta el cierre del proceso y que reitero hoy aquí: las Fuerzas de Seguridad interceptaron a Anza, fue secuestrado y le llevaron hasta la muerte», ha remarcado.

Por su parte, la fiscal Carmen Monfort ha dedicado su turno a intentar desacreditar la versión que señala a la Guardia Civil, negando la existencia de signos de tortura en la autopsia.

«Debemos de ver que desde un punto de vista objetivo, cuando se dice que alguien ha torturado o secuestrado, se está difamando», ha considerado.

«Formaba parte del equipo de abogados de la familia», ha recordado Zenon, quien ha insistido en que Enparantza pronunció estas palabras en el ejercicio de su labor letrada. Además, ha recordado que la investigación francesa descartó inmediatamente la versión española (que intentó desviar la atención y apuntar a una huida del propio Anza), mientras que deja abierta la posibilidad de la participación de las FSE españolas.

Con la última palabra de Enparantza, el juicio ha quedado visto para sentencia.