Los donostiarras han dejado al principio la iniciativa al equipo catalán y han levantado un fortín defensivo que durante 20 minutos ha impedido cualquier acercamiento serio a la portería del chileno Claudio Bravo.

El Barcelona, con el argentino Leo Messi y el brasileño Neymar en el once titular después de mucho tiempo, buscaba las llegadas por la banda del segundo, que tenía siempre el apoyo de Andrés Iniesta.

Una jugada iniciada por el propio Imiesta ha generado una gran ocasión para los barcelonistas en su intento de horadar la pétrea defensa txuri-urdin, con un remate de Pedro Rodríguez que se ha marchado fuera por poco.

La Real no se ha se ha amilanado y en el minuto 30 ha dispuesto también de su ocasión para batir la portería azulgrana en un remate con todo su alma del mexicano Carlos Vela a pase de Zurutuza.

Ha sido el preludio del gol de los locales, que ha llegado tras un saque de esquina en el que, en una acción generada por Canales y ante la presión de Elustondo, el camerunés Song ha introducido el balón en su propia portería.

El Barcelona se ha puesto las pilas y no ha tardado ni dos minutos en igualar el partido en una de sus jugadas de toque típicas y brillantes, culminada por Messi.

El conjunto del ‘Tata’ Martino, que ha sido expulsado durante el descanso, no encontraba su sitio y la Real aprovechaba para ocupar ese espacio y beneficiarse del desconcierto visitante.

Con Anoeta volcado en el apoyo a los suyos, ha tenido el 2-1 Mikel González en un cabezazo a saque de esquina y enseguida ha llegado el segundo, una obra de arte en la combinación entre Vela y Antoine Griezmann que este ha convertido en gol ante el delirio de los aficionados.

Los realistas querían más, veían que el Barcelona estaba tocado, sin patrón en el banquillo ni en el campo y ha llegado el tercero, obra de Zurutuza, que ha encontrado premio a su trabajo al culminar una conducción de Griezmann.

Se jugaba mucho en Anoeta pero el Barcelona o no era consciente de ello, inmerso en un estado de confusión notable, no acertaba a encontrar el sendero de entrada a la portería local.

Estaba más cerca el 4-1 que el recorte de distancias y, en el último arreón del Barça, ha llegado otro gran susto para Víctor Valdés en un balón que Vela estrelló en el poste en los minutos finales del choque antes de que Anoeta hiciera la ola.

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