En declaraciones a los periodistas antes de la comparecencia en el Parlamento navarro, el presidente del comité de empresa de Koxka, Javier Elizari, acompañado del de Kobol, Salvador García, ha reconocido la «muy delicada situación» de ambas plantas, donde «lo que hace falta es dinero. A nosotros nos da igual de dónde venga».

Por ello, ha instado a que el propietario, Leonard Levy, presidente del fondo de capital riesgo AIAC, reciba ya el plan de viabilidad que elabora su representante, si bien ha lamentado que la finalización de este trabajo se ha retrasado y no será hasta la próxima semana cuando se conozcan sus planteamientos.

Este representante de AIAC se reunió ayer con el Gobierno de Nafarroa, al que trasladó la necesidad de contar con 8 millones de euros «para poner a andar otra vez la empresa», y apuntó la posibilidad de que procedan 2 millones de los proveedores, otros 2 del accionista, otros dos del Gobierno foral en forma de avales y el resto de los bancos.

Mientras tanto, los ánimos de los trabajadores están «mal» y viven un ambiente «desolador» en una planta en la que se están terminando las últimas máquinas para las que había piezas y en la que la próxima semana «la mayor parte de los trabajadores entraremos en un ERE temporal», ha reconocido Elizari, quien ha recordado que no han cobrado parte de la paga extra, ni las nóminas de marzo y previsiblemente de abril.

Por ello, ha señalado que «no hay otro arma que esperar a que Leonard Levy se decida a vender o a poner dinero. Esperar, pero el que espera, desespera».

«Los proveedores y el Gobierno Navarra, si no ven una cosa tangible no van a poner un duro. Es normal», ha dicho Elizari, quien por ello ha señalado la «urgencia» de la presentación del plan de viabilidad, porque «una empresa cerrada no da dinero y, si no da dinero, vamos al agujero». El cierre arrastraría hasta 600 trabajadores si se cuentan los de las empresas suministradoras.