Cien días de campaña para convencer y construir el futuro de Escocia
La campaña oficial para el referéndum sobre la independencia de Escocia ha arrancado. A tres meses y medio de que los escoceses decidan el futuro de su país, las encuestas siguen igualadas después de que los soberanistas remontado durante los últimos meses y hayan recortado una ventaja que hace un año parecía insalvable. El 18 de setiembre el pueblo de Escocia hablará, mientras la palabra estará en boca de las campañas oficiales «Yes Scotland» y «Better Together».

Llegó el día del pistoletazo de salida a la campaña política para el referéndum soberanista en Escocia cuando restan 110 días para la consulta. Se ha establecidoun límite de gasto de 1,5 millones de libras para cada parte, y tanto independentistas como unionistas tendrán espacios gratuitos en la radiotelevisión pública BBC, criticada a menudo por su respaldo al mantenimiento del actual status quo.
Ambas campañas llevan meses planteando sus opciones de cara al futuro de Escocia. Hasta el momento, las propuestas y argumentos han copado titulares en los medios de comunicación, pero se espera que a partir de ahora sea la calle quien tome el protagonismo en este debate. Las encuestas han demostrado un amplio crecimiento del independentismo en los últimos meses, que ha recortado la gran desventaja que tenía hasta situarse prácticamente a la par en los últimos sondeos. Sin embargo, a día de hoy, todavía es un gran porcentaje de la población el que continúa indeciso sobre su opción de voto. Por ello, el trabajo que puedan realizar tanto unos como otros en los próximos meses será crucial de cara al resultado final.
Hasta la fecha, el trabajo de independentistas y unionistas ha sido muy dispar. Mientras que quienes abogan por una Escocia soberana han tratado de demostrar las oportunidades que ofrece el tomar sus propias decisiones, quienes desean mantener la unión han centrado sus esfuerzos en amedrentar al electorado, intentando expandir la idea de que una Escocia que camine por su cuenta no es viable.
La oferta independentista contempla una alternativa y un alejamiento de las políticas neoliberales que impone Londres, ya que las realidades políticas son muy distintas al norte y al sur de la isla. Mientras la derecha es fuerte Inglaterra, en Escocia tiene solo 18 parlamentarios de un total de 129 que hay en la Cámara escocesa. Igualmente, el planteamiento de unos y otros sobre el petróleo y la utilidad que se puede dar a sus beneficios es totalmente opuesto.
Del mismo modo, el mantenimiento de la libra en Escocia y la pertenencia a la Unión Europea han sido los de las cuestiones que mayor enfrentamiento han provocado. La Escocia independiente apuesta por mantener la unión monetaria con Londres, mientras que el Gobierno británico considera «imposible» esta opción. Una postura que desde «Yes Scotland» confían en que cambie al día siguiente del referéndum.
El debate saltará a partir de ahora de la esfera política a la población, ya que cuatro millones de residentes en Escocia mayores de 16 años, incluidos ciudadanos europeos y de la Commonwealth, están llamados a acudir a las urnas el 18 de setiembre para responder a la pregunta: «¿Debería Escocia ser un país independiente?». Hasta ese día quedan dieciséis semanas de campaña que deben convencer a esa amplia masa todavía indecisa e inclinar la balanza de no u otro lado.
Salmond propone ayudas para fomentar la migración a Escocia
El ministro principal de Escocia, Alex Salmond, anunció el objetivo de su Gobierno de fomentar una mayor inmigración, con el plan de atraer 24.000 nuevos residentes a Escocia en el primer año tras la independencia.
Una semana después de que el partido xenófobo UKIP se impusiese en las elecciones europeas en Gran Bretaña, el Ejecutivo escocés ha vuelto a remarcar las diferentes políticas que se aplican en Edimburgo y en Londres, donde el Partido Conservador de David Cameron está tratando de frenar el avance de la ultraderecha mediante políticas antiimigrantes. Cabe recordar que los inmigrantes europeos y de la Commonwealth que residen en Escocia desde hace más de 6 meses tienen derecho a votar el 18 de setiembre.
En palabras de Salmond, «Escocia necesita población migrante que venga tanto a trabajar como a estudiar». De hecho, el Libro Blanco presentado en noviembre recoge la propuesta de aumentar las ayudas a los estudiantes. Hoy en día la educación superior es gratuita en Escocia y los estudiantes reciben incluso ayudas para la vivienda. El Gobierno de Salmond plantea extender estas ayudas también a la clase trabajadora, con el fin de atraer una masa de mano de obra a tierras escocesas.
La respuesta de la oposición fue inmediata. El laborista Ian Gray preguntó si espera que el aumento de producción se dé «por arte de magia», y acusó a Alex Salmond de querer crear «una ventisca de estadísticas contradictorias» que confundan al votante. A.A.

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