Aitor AGIRREZABAL Edimburgo

El unionismo apuesta ahora por dar más competencias a Edimburgo

Escocia se encuentra desde hace una semana inmersa en la campaña oficial del referéndum. La primera consecuencia ha sido el cambio de discurso del unionismo, que ha pasado del mensaje del miedo a ofrecer una mayor devolución al Parlamento de Edimburgo.

Durante esta primera semana de campaña, las apariciones públicas de representantes tanto independentistas como unionistas se han multiplicado. Lo que hasta el momento eran presencias puntuales a través de los medios de comunicación han pasado a ser actos de campaña centrados en llegar al ciudadano de calle.

Los primeros en hacerlo fueron los torys escoceses. La líder conservadora Ruth Davidson apostó por nuevos poderes para el Parlamento de Edimburgo en caso de que los escoceses opten por votar «No» en las urnas. Estos nuevos poderes incluirían el control de la ayuda a la vivienda y la proporción de los ingresos por el IVA de Escocia, incluida la libertad de reducir los impuestos por debajo del nivel del resto de Gran Bretaña. El primer ministro británico, David Cameron, respaldó los planes que sus compañeros de partido del norte presentaron para Escocia. El premier británico aseguró que las propuestas ofrecerían «poderes reales con consecuencias reales». Cameron quiso convencer de que esta es la mejor opción para el país caledonio, con «un Parlamento fuerte y respaldado por el Reino Unido».

Las propuestas representan un cambio significativo en el planteamiento conservador sobre la devolución desde que se supo la fecha de la consulta. Aunque Cameron ha querido remarcar que aboga por una mayor descentralización de una forma que no lo hicieron sus predecesores, no convence a quienes apuestan por la soberanía.

Las fuerzas independentistas han visto durante años cómo las propuestas de mayores competencias quedaban en nada y eran utilizadas para aplacar la sed de independencia del pueblo escocés. Ahora, no ven por qué debería ser diferente. «Desde 1999 nos han ido prometiendo más poderes y, sin embargo, cada vez dependemos más de las decisiones de Westminster», aseguró la viceprimer ministra escocesa, Nicola Sturgeon.

A poco más de 100 días para el referéndum del 18 de setiembre, las encuestas confirman que la brecha entre el «sí y el no» se ha reducido a números muy pequeños, con una importante parte de la población que todavía no ha decidido su voto.

La otra figura que está tomando mayor presencia en la campaña unionista es el ex primer ministro Gordon Brown. Su mala imagen al sur de la isla no se corresponde con la reputación que tiene entre el laborismo escocés, por lo que la línea oficial de este partido, unionista, está jugando su baza ante la fuga de votos laboristas hacia el independentismo. Brown visitó Edimburgo esta semana y se mostró crítico con el discurso llevado hasta la fecha por la campaña «Mejor Juntos». «El pueblo escocés necesita un mensaje positivo y no que les digan que no son capaces de seguir adelante», remarcó. Del mismo modo, apostó por aunar fuerzas con conservadores y liberal-demócratas para reforzar ese mensaje unionista.

Las nuevas propuestas del Gobierno tory de Londres, que figura en un informe de Lord Strathclyde, el exlíder conservador en la Cámara de los Lores, daría a Holyrood un control completo sobre la política de ingresos de impuestos personales en Escocia, lo que equivale a aproximadamente el 40% de los poderes. Alex Salmond, primer ministro escocés, fue claro en este punto: «¿Por qué vamos a aceptar el 40% de los poderes cuando podemos tener el 100%?». Esta es una de las ideas que desde que se firmasen los Acuerdos de Edimburgo en octubre de 2012 ha defendido el soberanismo, la necesidad de que sea el pueblo escocés quien tome las decisiones sobre Escocia.

El cambio de discurso del unionismo ha coincidido con el inicio oficial de la campaña. Hasta ahora se habían limitado a expandir el miedo sobre una población indecisa ante lo que puede suponer la independencia. Sin embargo, este discurso les ha pasado factura en los sondeos, ya que a día de hoy estarían prácticamente a la par. Ante ello, quieren ofrecer un mensaje más positivo sobre el traspaso de poderes. Pese a todo, esta oferta puede estar gastada, ya que es el discurso que desde la época de Tony Blair ha utilizado el unionismo para intentar apagar la llama independentista. Estas promesas siempre han caído en saco roto y en lugar de lograr su objetivo, han ido alentando las ganas de los escoceses de tomar las riendas de su propio futuro.

Importante magnate apoya el «Si»

Hugh Fraser, uno de los empresarios escoceses más importantes en el mundo del gas y el petróleo declaró públicamente su apoyo a la independencia de Escocia. Fraser alegó que sería la mejor manera de proporcionar «un legado de petróleo del Mar del Norte para las generaciones futuras». Es el último miembro en unirse a la red de empresarios en expansión que apoya el «Sí».

El resultado final de la consulta se está jugando en términos económicos y el apoyo de uno de los motores económicos más importantes del país resulta un nuevo empujón a la campaña soberanista.

Fraser lamentó la pérdida que ha supuesto la gestión de los fondos petrolíferos a cargo del Gobierno de Gran Bretaña. «Westminster ha dilapidado casi la mitad de la riqueza del petróleo y el gas de la gente. Escocia no tiene nada que mostrar excepto montañas de deuda del Reino Unido. Pero más de la mitad del valor sigue fluyendo», concluyó el empresario soberanista. A. AGIRREZABAL