Según un comunicado, el acuerdo de disolver el Centro de Estudios Jordi Pujol se ha tomado al constatar que en la situación actual sería «muy difícil» desarrollar su tarea y seguir solicitando u obteniendo mecenazgo privado, convenios con otras entidades e instituciones así como donaciones de empresas y particulares como las que han permitido hasta ahora la viabilidad de sus actividades.
Tras expresar su satisfacción por la gestión y el trabajo realizado en sus casi 10 años de exigencia, los miembros del patronato han expresado su esperanza de que puedan retomar «más adelante» sus actividades principales, y que otras instituciones y organizaciones garanticen la continuidad de algunos de sus proyectos más emblemáticos.
También han constatado que, en base a la ley, las cuentas de la fundación han sido puntualmente presentadas a las instituciones competentes «sin incidencias», y que las aportaciones económicas recibidas se han destinado correctamente a los objetivos fundaciones.
Además, han agradecido la colaboración de todas las personas y entidades que han colaborado con el Centro de Estudios Jordi Pujol.