Con un ambiente desangelado por el frío otoñal y con el fondo central de aficionados vacío hasta el minuto veinticuatro como protesta por los partidos de los lunes, ha comenzado el choque entre el Rayo y el Eibar, dos equipos modestos que han tenido un buen arranque liguero y que pelean por el mismo objetivo, la permanencia.
El conjunto madrileño, espoleado por su afición y con la responsabilidad que da jugar como local, ha llevado la iniciativa desde el principio del partido y suya ha sido la primera ocasión a los veinte minutos con un disparo de Leo Baptistao que ha rebotado en Ekiza y ha acabado con el balón en el lateral de la portería.
Esa acción ha sido el reflejo de lo que se estaba viendo sobre el césped, con un Rayo dominante y un Eibar replegado atrás basando su fútbol en acciones a la contra para aprovechar la velocidad del italiano Federico Piovaccari.
Según pasaban los minutos, el Rayo, a su ritmo, ha ido ganando metros sobre el campo rival y mediada la primera mitad ha gozado de una doble ocasión para adelantarse en el marcador con sendos remates de cabeza de Gael Kakuta y Antonio Amaya que han sacado los defensas visitantes en el área pequeña.
Poco después, el conjunto madrileño ha perdido a su portero, Toño, lesionado en la pierna izquierda. Su sustituto, David Cobeño, apenas ha tenido tiempo de calentar antes de saltar al césped y debutar en el campeonato.
Cuando más controlado parecía tener el Rayo el partido, un balón colgado desde el costado izquierdo ha terminado con un ligero contacto entre el lateral izquierdo franjirrojo Nacho Martínez y el defensa eibarrés Eneko Bóveda que el colegiado Iglesias Villanueva ha decretado como penalti. Desde los once metros, el capitán Mikel Arruabarrena no ha fallado y ha adelantado a su equipo.
En la segunda parte, el Eibar, consciente de que el Rayo sin la posesión y con presión sufre mucho, ha apelado a esas dos máximas para incomodar a su rival y ampliar su ventaja con un tanto de Piovaccari, quién ha recogido un balón a la espalda de la zaga y en el mano a mano con Cobeño no ha fallado.
La respuesta al gol del técnico rayista Paco Jémez ha sido sacar al extremo luso Licá y quitar al central portugués Zé Castro, a quién ha regañado ostentosamente una vez que este se ha sentado en el banquillo.
El atrevimiento por jugar con tres centrales imprimiendo un carácter netamente ofensivo a su juego ha tenido recompensa para el Rayo en un minuto de oro, del 68 al 69, cuando ha marcado dos goles por medio del brasileño Leo Baptistao. El primero de cabeza a un centro desde la izquierda y el segundo con un remate ajustado al primer palo a centro de Kakuta.
Esos dos goles han llevado la locura a la grada y han aupado al Rayo, que a partir de entonces ha comenzado a creer en serio en la remontada, aunque se ha despertado de su sueño a falta de cuatro minutos para el final, cuando Abraham ha puesto un centro desde la banda izquierda y Arruabarrena, a la carrera y anticipándose a su marcador, ha anotado el tercero para el Eibar.

Ribera derecha de Burdeos, caladero de ideas para la construcción de viviendas

Ambulancias de Osakidetza, un servicio de camino a urgencias

Una acción de denuncia de la colaboración de CAF con Israel acaba con un detenido en Bilbo

Mikel Zabalza gogoan: «Memoriaren herria gara, ezkutuan gorde nahi dutena argitaratuko duena»
