La presidenta de la Assemblea nacional Catalana (ANC), Carme Forcadell, y su homónima de Omnium Cultural Muriel Casals se mostraron confiadas en la celebración de la consulta del próximo domingo. «Llamamos a todas las casas para decirles que estén tranquilos, que el domingo habrá urnas», aseguró Forcadell. La campaña está destinada a aquellos que, debido a los problemas producidos por las prohibiciones del Estado español, han visto «cómo se intentan impedir su derecho a opinar». Del mismo modo, informan a los ciudadanos acerca de sus lugares de votación, y otros detalles que difieren de las votaciones habituales en procesos electorales.

Desde primera hora la maratón despertó una gran atención, con decenas de medios llegados de todos los puntos del Estado español, así como muchos medios internacionales. En el correcalles que se convirtió la sede de Omnium en la capital catalana, las cámaras buscaban la respuesta a las palabras de Artur Mas y Forcadell se mostraba positiva, calificándolas de «tranquilizadoras». Para la presidenta de la ANC, la fecha del domingo es «una defensa de la libertad de expresión y los derechos fundamentales ante las trabas del Estado español». Por ello, las llamadas están destinadas a que el pueblo catalán salga a la calle a defenderlos.

Los teléfonos estuvieron en funcionamiento durante todo el día. Por ellos pasaron diputados de la CUP, CIU o Esquerra, personas del mundo de la cultura y cientos de voluntarios que están siendo la base del proceso. Ayer, cerca de unas 500 personas tomaron asiento para dedicar su tiempo a aclarar dudas e incentivar la participación en la consulta, más allá del voto que pudiese emitir.

Mercé Carrió era una de estas voluntarias. Más de dos horas al teléfono le sirvieron para confirmar que la iniciativa era muy positiva. «Hay mucha gente mayor desinformada que gracias a esta campaña sabe qué hacer y dónde acudir». Se espera que la consulta sea una movilización masiva, donde el pueblo catalán vuelva a remarcar el deseo de decidir su propio futuro. Asegura que gente que comenzaba las conversaciones con dudas, colgaban el teléfono convencidos de acudir a las urnas. «Tenemos derecho a votar, nos lo están quitando y la gente debe hacer uso de él, debe participar», defiende.

La movilización de masas que se espera para el próximo domingo necesita de la participación de toda la ciudadanía, quien, a su vez, necesita de la obstaculizada información. El voluntariado ha puesto las cartas sobre la mesa y descolgó el teléfono para llamar y reclamar el derecho de autodeterminación del pueblo catalán. Hasta la fecha, el Gobierno español ha colgado la llamada sin siquiera comenzar la conversación.