Según han informado la presidenta de Tuvisa, Idoia Garmendia, y la gerente de esta sociedad municipal, María José Ajuriaguerra, el conductor ha alegado que lo hizo por «razones de seguridad».

El suceso tuvo lugar hacia las 11.15 horas de este jueves, cuando según ha contado el conductor a la gerente de la compañía municipal, denegó el acceso a una mujer porque iba vestida con una indumentaria que «no permitía su identificación» y, «aunque no ha mencionado la palabra burka, sí ha identificado el velo integral en una foto que se le ha mostrado».

Tuvisa le ha dado un plazo de 10 días para que exponga por escrito las razones que le llevaron a tomar esta medida y ha enviado una circular a todos los trabajadores en la que les recuerda que como empresa de servicio público no pueden limitar el acceso de los usuarios a los autobuses.

Garmendia ha recordado que en el artículo 75 del reglamento de Tuvisa se recogen varios supuestos por los que un conductor puede denegar el acceso a un viajero, entre ellos acceder al vehículo con un animal (salvo que sea un perro guía), y ha dicho que lo ocurrido ayer no está recogido en ninguno de ellos.

No obstante, Garmendia ha declinado opinar sobre lo sucedido y ha pedido esperar a que acabe el expediente informativo para determinar si el trabajador ha incurrido en una falta y si merece una sanción.

Ni Tuvisa ni el Ayuntamiento de Gasteiz han recibido hasta el momento ninguna queja de la usuaria a la que se le denegó el acceso.

El expediente que se le ha abierto es informativo, por lo que no tiene por qué derivar en un apercibimiento o en una sanción.

La gerente de Tuvisa ha recordado que la usuaria a la que no se le permitió usar el autobús no llevaba ninguna tarjeta bonificada con la que, según ha dicho, sí que habría necesitado identificarse.

Tras la comparecencia de Garmendia, el grupo municipal de EH Bildu ha dicho que, a la espera de que concluya el expediente informativo, «todo apunta a un comportamiento presuntamente xenófobo» y ha opinado que es fruto del caldo de cultivo que está provocando el alcalde, Javier Maroto (PP), con sus declaraciones sobre los inmigrantes magrebíes que, a su juicio, viven de las ayudas sociales y no quieren trabajar.