Yahvé M. DE LA CAVADA
DONOSTIA

50 años de jazz (y muchas otras músicas)

Diríamos que 50 años no son nada, pero lo son, vaya si lo son. Al Jazzaldia donostiarra, que cumple medio siglo este año, hay que tratarle de usted. Su historia y una gran capacidad para reinventarse mantienen el festival en buena forma. Más que una muestra de jazz, el Jazzaldia es ya un evento necesario para entender el verano musical en Euskal Herria.

Si no tienen las entradas para los conciertos de su elección en el Jazzaldia de este año, cuidado, podrían haberse quedado ya sin ellas. En el momento en el que escribo estas líneas, cinco de los ocho conciertos principales en los escenarios de pago más emblemáticos del festival cuelgan ya el cartel de “no hay entradas”. Otros, como el del muy recomendable encuentro de los pianistas Iñaki Salvador y Alexis Delgado el domingo a las 17.30, en el que juntarán a cuatro manos la música de Bach y el jazz, está a punto de completar su aforo también. Afortunadamente quedan muchas opciones en los recovecos del festival, decenas de conciertos gratuitos y la prometedora programación del teatro Victoria Eugenia, eso así, ya a partir de la medianoche.

Entre los conciertos ya agotados, algunos de los más esperados, como los del embajador de facto del aniversario: Jamie Cullum. Su participación en el festival se compondrá de tres apariciones con propuestas muy diferentes. La primera, el día inaugural, con una sesión de DJ en el gran Escenario Verde de la playa de la Zurriola –un escenario en el que Cullum ya actuó con su banda en 2013– en la que el británico hará una selección musical de una hora para abrir el festival. La segunda, en un concierto en solitario a piano y voz el jueves en el Kursaal y, por último, la actuación con su banda completa el viernes en la Trinidad, ambas con entradas agotadas. En realidad, a excepción del sábado, todos los conciertos de la Trinidad están completos.

Si bien la programación de este escenario es más que cuestionable para el aficionado al jazz, en el Jazzaldia dan en el clavo a la hora de seleccionar nombres con gran potencial comercial y mediático, que es, sin duda, lo mejor a la hora de completar aforos.

Silvia Pérez Cruz y Zas

No es para menos con el programa doble del jueves, que reúne los muy jugosos conciertos de Silvia Pérez Cruz y Zaz, dos formas diferentes de entender la canción que comparten sensibilidad y público objetivo. Tanto la catalana como la francesa viven un gran momento artístico y su coincidencia en Donostia es una de las principales atracciones no jazzísticas del festival. Menos sugerente resulta la apuesta del domingo, también con entradas agotadas, en la que Melody Gardot, que ya pasó por el mismo escenario en 2012 con gran éxito y que promete una repetición en ese aspecto, comparte cartel con el grupo de Andrea Motis y Joan Chamorro.

Por último, el sábado verá la doble actuación del interesantísimo New Standard Trio de Jamie Saft, Steve Swallow y Bobby Previte y de la vocalista Dee Dee Bridgewater, que vuelve un año después al festival con una banda mucho más estimulante que en 2014, liderada por el excelente trompetista de Nueva Orleans Irvin Mayfield.

Eso sí, que las estrellas no nos impidan ver los planetas: la tarde del viernes que alberga la ya mencionada actuación estrella de Jamie Cullum en la Trinidad se abrirá con otro de los conciertos más apetecibles del festival, el que reúne al saxofonista Andrzej Olejniczack con el pianista Iñaki Salvador en un super-grupo completado por Gonzalo Tejada, Borja Barrueta y el trompetista polaco Maciej Fortuna, para celebrar el hermanamiento en la capitalidad cultural de 2016 entre Donostia y Wroclaw.

En el auditorio del Kursaal también se han agotado las entradas para el concierto que el sábado unirá al saxofonista Joshua Redman con el power trío The Bad Plus, pero aún hay butacas para dos conciertos muy diferentes. Por un lado, el del legendario Benny Golson, premio Donostiako Jazzaldia de este año, un nombre ineludible en la historia del jazz que tocará el viernes junto a un trío de músicos estatales (algunos de ellos excelentes, otros no tanto).

El esperado John Zorn

En el otro extremo, uno de los conciertos más esperados del festival y, si me apuran, incluso del estado: el del BladeRunner Trio de John Zorn, completado por el polifacético Bill Laswell (colaborador habitual de Zorn y de otras luminarias de la vanguardia, productor todoterreno y bajista muy original) y el extraordinario baterista Dave Lombardo (figura clave del metal y miembro fundador de las bandas Slayer y Fantomas).

El grupo guarda similitudes con otro proyecto de Zorn, Painkiller (que contaba también con Laswell y con el baterista Mick Harris, de Napalm Death), y promete una actuación demoledora y muy alejada de lo que sonó en el Masada Marathon de Zorn en el Jazzaldia de 2013.

El teatro Victoria Eugenia, por su parte, acogerá varios conciertos muy interesantes programados en colaboración con el festival PUNKT de Noruega, un evento anual con sede en Kristiansand y dirigido por Jan Bang y Erik Honoré centrado en la remezcla y sampler en directo, una forma musical que Bang y Honoré dominan a la perfección. A lo largo de tres fechas (de jueves a sábado), a partir de la medianoche, los avanzados conceptos musicales desarrollados en el ideario de PUNKT se presentarán junto a músicos como Eivind Aarset, Nils Petter Molvaer, Sly & Robbie, Arve Henriksen o Suso Saiz, entre otros, en una estimulante mezcla de electrónica, improvisación y sonidos procedentes del jazz escandinavo.

En otro orden de cosas, el Escenario Verde de la Zurriola sigue su apuesta por el rock y el indie, con los conciertos de Kakkmaddafakka, Neuman o Lonelady, pero también sonará en sus tablas el funk de Earth Wind & Fire y el reggae de Jimmy Cliff, dos auténticos clásicos que compartirán cartel en la noche inaugural, el fascinante vocalista Gregory Porter (el jueves) y una leyenda viva del soul, Lee Fields, que actuará junto a sus Expressions en la medianoche del sábado.

¿Y dónde está el jazz, entonces? Es decir, el jazz más ortodoxo, por decirlo de una forma sencilla. Para eso tenemos que dirigirnos a los escenarios más reducidos de la playa, o a los clubes y pequeños escenarios adyacentes. No es nuevo que, en los festivales de jazz, el jazz queda un poco de tapadillo, casi de compromiso, diríamos, pero ahí está. Y, en general, gratis.

Vayan a escuchar, por ejemplo, a The Cookers el miércoles a las 23.00 en el Espacio Frigo situado tras el Kursaal; se encontrarán con una banda compuesta por auténticas leyendas vivas del jazz como Billy Harper, Eddie Henderson, Cecil McBee o Billy Hart. Y para leyendas, vayan a escuchar a Charles McPherson y Azar Lawrence, cada uno de ellos con dos actuaciones respectivas el viernes y el domingo; el primero fue un habitual de Charles Mingus y uno de los grandes saxos altos post-Charlie Parker, y el segundo debutó como saxofonista de McCoy Tyner en los 70, en una de las épocas doradas del pianista (una pista: el sábado a mediodía en el club del Victoria Eugenia habrá una jam session en honor del 25 aniversario de la revista “Cuadernos de Jazz”, en la que se juntarán desenfadadamente varios de los mejores jazzistas de esta edición; la hora es un poco rara, pero promete ser muy especial. O vayan a ver las decenas de grupos con músicos estatales y locales que pueblan la Heineken Terraza o el Espacio Frigo, porque apoyar a nuestros músicos es una responsabilidad que tenemos con nuestra cultura, tanto desde el festival como desde el público.

La oferta es extensa y variada. Independientemente de los aforos completos en escenarios de pago, no hay motivos para no disfrutar de música en directo en el Jazzaldia. Basta con salir a la calle y seguir el rastro de la música.

 

Euskal eta poloniar jazzlarien fusioa ostiralean

Andrzej Olejniczak eta Iñaki Salvadorren harremanetik eratorrita, euskal eta poloniar jazz musikari nabarmenen arteko lankidetza aurkeztuko dute ostiralean, gaueko 21.00etatik aurrera, Donostiako 50. Heineken Jazzaldian.

Euskal jazzlarietatik, Iñaki Salvador pianista, Gonzalo Tejada kontrabaxu-jotzailea eta Borja Barrueta bateria-jotzailea ikusteko aukera izango da Trinitate plazako agertokian. Poloniarrak, Andrzej Olejniczak saxofonista eta Maciej Fortuna tronpeta-jotzailea izango dira.

«Taldekide guztien musika egongo da entzungai. Oso kontzertu atsegingarria da guretzat. Teknologiei esker prestatzen diren emanaldiak dira; gure artean bi aldiz entseatuko dugu», adierazi du Salvadorrek. «Trinitate plazan jotzeko aukerarik ez dut izan orain arte. Ikusleek asko gozatuko dute», gehitu du Tejadak.

Olejniczak eta Salvadorren arteko musika harremana aspalditik dator; izan ere, 1993an elkarrekin grabatu zuten “Catch” diskoa. Iaz, gainera, berriro elkartu ziren eta bien arteko lehen proiektua jarri zuten martxan.

2016ko Europako Kultur Hiriburu izatea partekatzen duten Donostiaren eta Wroclawen arteko hurbilpen kulturalaren erakusgarri da emanaldia. Iñigo EXPOSITO