Ayer, por ejemplo, dijo que le «escama» la propuesta de Ley de Consulta de EH Bildu porque «están dentro de una Ponencia de Autogobierno, en la que no han dicho ni mu, no han presentado ningún papel y ahora, de repente, quieren sacar un conejo de la chistera». Claro; pero ni EH Bildu ni nadie ha dicho todavía «ni mu» en la Ponencia porque el calendario de PNV y PSE ha impedido llegar aún a esa fase.

Luego le preguntaron a Ortuzar por la propuesta de ley de consultas que tiene el PNV en su programa electoral, y ahí su «habilidad» fue doble. Primero, mezcló su promesa de ley con la del refrendo de un nuevo estatus en 2015. Dijo el presidente del PNV que la fecha tenía la condición de que hubiera «un acuerdo», añadió que los que han impedido ese acuerdo no les pueden achacar nada, y se preguntó «¿dónde han estado el resto de partidos cuando hemos puesto esa idea encima de la mesa?».

El problema es que el PNV nunca ha puesto ninguna idea sobre el nuevo estatus encima de la mesa, ni ha buscado por tanto acuerdo alguno. Y fue el lehendakari quien retiró la mención al 2015 hace dos años y medio en cuanto redactó su programa de Gobierno.

Es decir, nadie ha impedido un acuerdo que el PNV ni siquiera ha propuesto. Su renuncia al refrendo en 2015 es vieja, propia e intransferible. Segunda muestra de «habilidad». Ortuzar olvidó que el PNV lleva en su programa una Ley de Participación Ciudadana en la que «se compromete a elaborar una ley que regule las consultas a la ciudadanía». Y también la dejó de lado Urkullu al llegar a Ajuria Enea. De eso no habla.

Eso sí, da gusto escuchar las entrevistas a Andoni Ortuzar, aunque no siempre haya que creerle todo lo que dice.