La posibilidad de que esa votación fuera el sábado iba a ser analizada hoy por la Junta de Portavoces del Congreso, pero la Mesa de la Cámara ni siquiera lo ha planteado, por lo que tampoco ha sido necesario que los grupos se pronunciaran al respecto.

Tanto el PP como Podemos se habían opuesto a que se habilitara el sábado para el pleno, algo que sí veían conveniente y ajustado a derecho el PSOE y Ciudadanos.

La semana pasada, el PP amenazó con llevar la votación de investidura al Tribunal Constitucional al entender que la segunda votación debía producirse exactamente 48 horas después de la primera, esto es en la noche del viernes, y no aplazarla a la mañana del sábado.

Con este planteamiento, el pleno de investidura comenzará a las 16.30 de mañana martes, con la única intervención de Pedro Sánchez.

Los discursos del resto de portavoces se dejan para el día siguiente, jornada en la que se producirá también la primera votación, en la que Sánchez necesita la mayoría absoluta de la Cámara, 176 votos.

Por el gran número de intervenciones se calcula que esa primera votación podría alargarse hasta casi la medianoche, lo que lleva obligatoriamente la segunda votación –en la que bastan más «síes» que «noes»– a la noche del viernes.

La interpretación de la Constitución que ha hecho el PP es que la segunda votación debe producirse exactamente 48 horas después y no en la mañana del sábado, como había propuesto Patxi López.

De hecho, el presidente del Congreso había encargado un informe jurídico a los letrados de la Cámara que avalaba que esa segunda votación pudiera celebrarse el sábado, siempre que la hora de celebración el viernes 4 justificase su retraso al día siguiente.

La primera votación de investidura, prevista para última hora de la noche del miércoles, marcará también el calendario y los plazos para unas hipotéticas nuevas elecciones generales.

De no ser investido Sánchez en este debate ni ningún otro candidato en los dos meses siguientes, habrá elecciones generales el domingo 26 de junio.