Martxelo DÍAZ
IRUÑEA

El Plan de Residuos navarro rechaza la incineración y crea 350 empleos

El Plan de Residuos navarro –que sustituirá al Pigrn elaborado por UPN y anulado por los tribunales– rechaza el empleo de la incineración y prevé la creación de 350 puestos de trabajo. «Los principales aspectos del plan son el principio de economía circular y la apuesta clara por la prevención», explicó la consejera Isabel Elizalde.

El Plan de Residuos de Nafarroa 2017-2027 rechaza recurrir a la incineración o a la coincineración y tiene previsto crear 350 puestos de trabajo, según destacó ayer la consejera de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local, Isabel Elizalde.

Precisamente, la incineración fue el motivo por el que el TSJN anuló en 2013 el llamado Plan Integrado de Gestión de Residuos de Nafarroa (Pigrn), elaborado por el Gobierno de Yolanda Barcina (UPN) y que debía marcar los criterios de tratamiento de residuos hasta 2020. Sin embargo, los jueces lo anularon al admitir una denuncia de Sustrai Erakuntza y la Mancomunidad de Sakana y considerar que no había concreción en la ubicación de la incineradora y que se priorizaban intereses privados –los de la cementera Portland de Olatzagutia– frente a los públicos. Tras la anulación, el Gobierno debió acometer la redacción de un nuevo plan de residuos, que se ha hecho con otros criterios diferentes a los empleados por UPN.

El documento presentado ayer por Elizalde prevé aumentar la inversión destinada a la concienciación, sensibilización y educación en la reducción de residuos y se plantea reducir la inversión en infraestructuras, que «serán menos y más económicas». La idea es adaptar las ya existentes en vez de construir nuevas.

El plan, que cuenta con un presupuesto de 698 millones de euros, de los que el 82% serán públicos, tiene como objetivo reducir los residuos un 10% en 2020 y un 12% en 2027.

Asimismo, se contempla la elaboración de una ley foral de residuos que fije las tasas y un canon por vertido y que sea uno de los instrumentos para implantar nuevas políticas. Se propone, además, un estudio en profundidad de la viabilidad de las infraestructuras existentes y, en su caso, las posibles alternativas. Se plantean 77 medidas y 237 acciones, entre las que destacan el establecimiento de al menos diez puntos limpios, la apertura de cuatro nuevas plantas de compostaje y el rechazo de verter residuos sin tratar a los vertederos.

«Los principales aspectos del plan son el principio de economía circular y la apuesta por la prevención», afirmó Elizalde, que remarcó la necesidad de «cambiar la mentalidad sobre los residuos, pensando en ellos como recursos que pueden ser utilizados de nuevo en la mayoría de las ocasiones».

Además, destacó la alta participación obtenida en el proceso de elaboración del plan, con más de 2.300 aportaciones formuladas por 575 participantes, entre los que hay entidades locales, colectivos institucionales, mancomunidades, empresas y particulares.