@Ion_Salgado
GASTEIZ

La exclusión residencial golpea a las mujeres en la CAV

Un informe publicado por Emakunde revela que la exclusión residencial afecta más a las mujeres, pero son menos visibles que los hombres por su menor presencia en la calle. La diferentes situaciones de exclusión residencial podrían afectar a 120.000 mujeres en la CAV, de las que alrededor de 450 estarían sin vivienda.

Landaida y Zalakain, en la presentación del estudio. (Juanan RUIZ/ARGAZKI PRESS)
Landaida y Zalakain, en la presentación del estudio. (Juanan RUIZ/ARGAZKI PRESS)

Hay más mujeres en situación de exclusión residencial, pero son menos visibles que los hombres por su menor presencia en la calle. Esta es una de las conclusiones del estudio ‘La exclusión residencial grave de la CAVPV desde una perspectiva de género’, elaborado por SiiS y publicado por Emakunde.

En una rueda de prensa, la directora de Emakunde, Izaskun Landaida, el responsable del informe, Joseba Zalakain, han explicado que el estudio estima que 230.000 personas ese encuentran en una situación de exclusión social en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. El 0,2% se encuentran en situación de sin techo, el 0,6% son personas sin vivienda, y el 24,6% y el 7,4% corresponden a situaciones de vivienda insegura y vivienda inadecuada, respectivamente.

Los hombres son mayoría en las categorías de sin techo, sin vivienda y vivienda inadecuada, mientras que el peso relativo de las mujeres en mayor en la de vivienda insegura. En esta categoría se incluyen a aquellas personas que viven bajo amenaza de desahucio, en régimen de tenencia inseguro –acogida por familiares o amistadas, subarrendamiento o ocupación ilegal–, o bajo amenaza de violencia a por parte de la pareja o de la familia.

Las diferentes situaciones de exclusión residencial analizadas podrían afectar a más de 120.000 mujeres, de las que más de 450 se encuentran en situación de sin techo o sin vivienda. En este sentido, el informe advierte de que la invisibilidad de las mujeres sin hogar se debe a que son pocas las mujeres que están en las situaciones más graves de exclusión social.

Esto se debe, entre otros factores, a que las mujeres reciben más ayuda de sus redes familiares y sociales, por la vigencia de un paternalismo protector, y por el miedo a la victimización. Cabe destacar que una de cada tres mujeres que duermen o han dormido en la calle han sido víctimas de de agresiones físicas y una de cada cuatro han sido objeto de agresiones sexuales.

Para hacer frente a esta situación, los autores del estudio reclaman nuevos recursos residenciales solo para mujeres sin hogar, atendidos por personal predominante o exclusivamente femenino. Asimismo, recuerdan que debe garantizarse el derecho de las mujeres sin hogar embarazadas a recibir atención sociosanitaria tan pronto como sea posible. Y recuerdan que las mujeres mujeres en situación de exclusión residencial requieren una atención integral, individualiza, con perspectiva de género, flexible y orientada hacia el empoderamiento.

Además, sostienen que una buena prevención requiere medidas en los distintos ámbitos de las políticas del bienestar, que deben coordinadora entre sí y combinar intervenciones generales con otras dirigidas a grupos específicos de mujeres. En este sentido, afirman que la prevención de los desahucio y el impulso de modalidades de vivienda asequibles resultan «cruciales».