Lagarde ha insistido en que hace un mes pidió al FMI que levantara su inmunidad diplomática para poder explicarse ante la Corte de Justicia de la República (CJR) francesa, la única instancia habilitada en ese Estado para juzgar a miembros del Gobierno por el ejercicio de sus funciones.
Ha denunciado las «calumnias» que se han publicado sobre ella durante la instrucción del caso y ha cargado contra esta y en particular contra su última fase, el acta de acusación.
Ha dicho que le chocan «profundamente la agresividad del tono» y sus conclusiones, en concreto por «la teoría del complot imaginario» y «el menosprecio de la separación de poderes».
Lagarde, que podría ser condenada a hasta un año de cárcel y 15.000 euros de multa, ha afirmado que «nadie de los que han trabajado» con ella, como abogada de negocios, en el Gobierno francés y desde 2011 al frente del FMI, puede reconocerla en cómo se la presenta en ese acta.
Antes de responder a las preguntas sobre el fondo del asunto, avanzó que iba a demostrar «punto por punto» que no había sido negligente en la gestión de la indemnización a Tapie.
El origen de este juicio está en la demanda planteada ante la CJR por once parlamentarios del PS en 2011, que consideraron que hubo una voluntad manifiesta de favorecer a ese empresario, del que era pública la amistad con el presidente Nicolas Sarkozy.
Cuando era ministra de Sarkozy, Lagarde decretó un arbitraje para solventar el contencioso por la venta de Adidas en 1994 al banco Crédit Lyonnais, en aquel momento de titularidad pública.
El Estado francés tuvo que indemnizar al empresario con 404 millones de euros, con el argumento de que Crédit Lyonnais había conseguido una plusvalía exagerada gracias a Adidas. Sin embargo, la Corte de Casación acabó anulando dicho arbitraje.
La CJR ha rechazado la demanda de Lagarde, planteada por su abogado, de aplazar este proceso mientras la justicia ordinaria no se haya pronunciado sobre si hubo malversación, un delito por el que hay varios imputados.
No hay todavía fecha para ese otro juicio aunque ya hay varios procesados, en particular el propio Tapie y el que era jefe de gabinete de Lagarde en el Ministerio de Finanzas, Stéphane Ricard, actual presidente del operador de telecomunicaciones Orange.