Nagore BELASTEGI

Un Erasmus que ofrece movilidad y experiencia profesional

El programa Erasmus cumplirá 30 años en 2017 pero sigue siendo un desconocido. Se suele ligar a los estudios universitarios, pero otros aspectos como las prácticas laborales en el extranjero pasan desapercibidas. Estas pueden realizarse gracias a Erasmus+.

Cuando pensamos en el programa Erasmus nos vienen a la cabeza los estudiantes universitarios que pasan un curso o un cuatrimestre en otro estado europeo. Cuando regresan siguen estudiando en su universidad habitual o, si ese ha sido el último curso, comienzan a buscar trabajo. La cosa no está demasiado fácil para los recién titulados. Ahí entra en juego el denominado Erasmus+, que se encuentra dentro del mencionado anteriormente pero que ofrece algo más. Su plazo de actuación es de 2014 a 2020 (dentro de la estrategia Europa 2020) y tiene como objetivo facilitar el empleo a los jóvenes.

Este consiste en realizar prácticas en el extranjero y está destinado a universitarios recién titulados y también a titulados o estudiantes de Formación Profesional que deban realizar prácticas dentro de su plan de estudio. Esa es la principal diferencia con el Erasmus que todos conocemos: este ofrece movilidad a los alumnos para que estudien en otro país, mientras que el otro ofrece movilidad para trabajar en otro país.

Aunque este programa no sea nuevo, pues antes se llamaba Leonardo da Vinci, no es muy conocido. Sin embargo, ofrece una gran oportunidad a los jóvenes, pues reciben formación sobre la materia que estudian mientras aprenden a ser autónomos y a integrarse en culturas con otras costumbres. Esto también resulta provechoso para las empresas, que por eso impulsan estas becas.

Es el caso de Confebask, que cada año selecciona a un grupo de titulados y estudiantes para que realicen sus estancias en empresas internacionales. Hace apenas unas semanas un grupo de titulados universitarios partieron hacia Gran Bretaña y Austria. Mientras, sigue en marcha el proceso de selección para los becados estudiantes de Formación Profesional. Estas becas se ejecutarán entre marzo y junio, que es cuando el resto de compañeros del ciclo formativo realizarán prácticas en empresas de aquí.

Tal y como explica Arantza Vigiola, técnica de formación de Confebask, «la mayoría de los Erasmus son de estudio y, generalmente, para universidad. Los universitarios que están en tercero o cuarto curso tienen la opción de hacer un cuatrimestre o un curso entero en una universidad extranjera». Eso es lo que se conoce comúnmente como Erasmus, que cumplirá 30 años en 2017. «Pero además de las becas de estudio, también hay becas para prácticas, que existen desde hace mucho pero son menos conocidas. Nosotros solo gestionamos las becas para prácticas», puntualiza. Al margen de estas becas, Erasmus+ también cuenta con prácticas para profesores de FP y profesionales que realizarán el seguimiento a los becarios.

En total, Confebask lleva gestionadas más de 3.500 becas para prácticas en los últimos 20 años. Con estas ayudas, cofinanciadas por la Unión Europea, el Gobierno de Lakua y la Diputación Foral de Bizkaia, la confederación empresarial pretende seguir «contribuyendo a que Euskadi se convierta en un referente europeo, también en materia de movilidad estudiantil».

«Puede resultar llamativo que una organización empresarial lleve este tipo de programas, que hoy en día están más vinculados a centros o instituciones de enseñanza», comenta. «A los jovenes se les ofrece una estancia en la empresa, y el que hayan pisado un centro de trabajo es un factor que lógicamente es muy valorado por las empresas después. A esto hay que sumarle también la necesidad de aportar a nuestras empresas jóvenes que les puedan ayudar en los procesos de internacionalización. Qué mejor que un joven que ha estado en el extranjero teniendo una primera experiencia laboral y ha adquirido experiencia y ha mejorado sus competencias lingüísticas, técnicas y transversales como la actitud», añade.

Por ello, estas becas tienen una doble función: por un lado, ofrecer una experiencia a un joven en una empresa y, por otro, ofrecer a las empresas locales personas que les puedan ayudar en sus procesos de salida al exterior. Por tanto, el objetivo no es que los jóvenes se marchen, sino que viajen, se formen y regresen para ofrecer lo aprendido a las empresas de aquí.

Un seguimiento continuo

Confebask lleva más de 25 años ofreciendo becas de prácticas, ya sea mediante la FCT (Formación en Centros de Trabajo), cuando las prácticas son obligatorias en un ciclo formativo, o en empresas europeas gracias a programas como Erasmus+, y hasta en empresas internacionales con el programa Global Training. Por su parte, las asociaciones de centros Ikaslan, Hetel y AIC tienen sus propios proyectos de becas. Este curso, serán 750 alumnos de FP los que se beneficiarán de estas becas, de las que Confebask gestionará 75. «Cada asociación ofrece sus becas a los centros adheridos, mientras que nosotros intentamos facilitárselas a todos, sean públicos, concertados o privados», asegura Vigiola.

La labor de Confebask es de coordinación y seguimiento. «Nuestro trabajo es ayudarles a encontrar la empresa y en la búsqueda del alojamiento. Sobre todo al principio mantenemos el contacto con los becarios. Los universitarios suelen ser más mayores que los de FP, que rondan los 20 años y para muchos es su primera experiencia en el exterior. Aun así, los inicios siempre son duros, por lo que realizamos un seguimiento para saber si están bien y también hablamos con la empresa», subraya.

Las becas van acompañadas de una ayuda económica mensual que varía dependiendo de si son para estudio o para prácticas, y según el destino. Las mayores ayudas son de 270 euros para estudios y de 390 euros para prácticas en países como Austria, Dinamarca o Noruega. Los que menos reciben son los que viajan a lugares como Bulgaria, Estonia o Polonia (150 euros para estudios y 270 para prácticas).

Ventajas de la internacionalización

Echando la vista atrás, nos topamos con el programa Leonardo da Vinci que, en su modalidad IVT (Initial Vocational Training), iba dirigido a atender las necesidades de enseñanza, aprendizaje y prácticas en empresas en otro país de la Unión Europea para alumnas y alumnos que cursaban un ciclo formativo de grado medio. Este programa fue sustituido en enero de 2014 por el nuevo Erasmus+, con la modalidad PLM (People in Labour Market), en la que tanto los titulados de grado medio como los de grado superior se benefician de estas ayudas.

El plan actual se basa en las estimaciones de puestos de trabajo vacantes en los que podrían encajar los jóvenes estudiantes en los próximos años. Según los cálculos realizados, si se cubren esos puestos de trabajo, la economía del conjunto de la Unión Europea y de cada uno de los estados miembros podría mejorar.

Otro de los propósitos de Erasmus+ es animar a los jóvenes a que no abandonen sus estudios, mostrándoles que existe un futuro laboral después. Así, esperan que el 40% de los jóvenes aspiren a una educación superior y que se reduzca a menos del 10% el número de estudiantes que abandonan la escuela temprano.

El objetivo principal, sin embargo, está directamente relacionado con uno de los grandes problemas actuales a nivel europeo: el desempleo juvenil. Con Erasmus+ forman a jóvenes para los nuevos empleos, y estos, al comenzar a trabajar en empresas veteranas, las modernizan haciéndolas más competentes a nivel internacional.

 

Dinero del Erasmus para mandar a los jóvenes de viaje

La Comisión Europea ha anunciado que está estudiando que una parte de los 50 millones de euros adicionales que se han sumado en el presupuesto europeo de 2017 para el proyecto Erasmus puedan asignarse a la «fase exploratoria» del proyecto de regalar un billete de Interrail a los jóvenes en su 18 cumpleaños.

Por un lado, esta idea es buena si tenemos en cuenta que da igualdad de condiciones a los jóvenes para que todos puedan realizar un viaje por Europa. Pero, por otro, cabe recordar que las ayudas económicas de las becas oscilan entre los 150 y los 390 euros mensuales, dependiendo del país y de si se va a estudiar o a realizar prácticas. Esas cantidades son insuficientes para vivir, por lo que sería más adecuado reforzar las becas para que todos los estudiantes puedan acceder a ellas sin cargas adicionales, en lugar de gastar esos 50 millones en viajes.N.B.