Dos de los equipos que mejor fútbol practican se han visto las caras en Anoeta, que ha disfrutado de un choque de calidad pese al intenso frío. Blanquiazules y amarillos han demostrado el porqué de su buena campaña hasta la fecha, basada en el exquisito trato al balón.

William José ha abierto el marcador en un mano a mano frente a Asenjo, después de una gran asistencia de Oyarzabal (m.17). Pasada a media hora ha llegado el segundo gracias a un regalo de los castellonenses. Un mal despeje se ha convertido en un globo sobre el área, Mario y su portero no se han entendido y el esférico se ha quedado muerto en el área pequeña, listo para que Vela lo empujara sin oposición.  Con el 2-0 se ha llegado al final de una primera mitad en la que la Real ha aprovechado sus escasas ocasiones y ha concedido aún menos a su rival.

El resultado era muy peligroso para los castellonenses de cara a la vuelta. Su necesidad de marcar ha hecho que el partido se abriera más, con momentos de llegadas a las dos áreas. A la Real no le interesaba el toma y daca, por lo que trataba de imponer su ritmo y sentenciar con el tercero, que ha llegado en una gran jugada individual de Oyarzabal.

El eibartarra ha quebrado a Mussachio antes de romper la bola con un zurdazo inapelable. Los de Eusebio ponían rumbo a cuartos de final, pero aún restaban casi 20 minutos y enfrente estaba un gran conjunto. Así, Trigueros ha metido a los suyos en la eliminatoria con un lejano disparo en el 77 que ha superado a Rulli por arriba (3-1). La clásica jugada en la que siempre se abre el debate sobre hasta dónde tiene que adelantarse un portero, que también estar atento a un posible pase a la espalda de su defensa.

La recta final ha sido de sufrimiento para los donostiarras, sobre todo cuando en el tiempo de prolongación Mussachio no ha acertado en un remate a bocajarro. Ficha técnica / Resultados