Las bajas temperaturas de estos días no evitaron que la gente saliera a la calle para aprovechar el primer día de rebajas de invierno, en el que hubo una gran afluencia de compradores. El calido otoño había hecho que gran parte de la ropa de invierno se quedara en las tiendas, por lo que la bajada en el mercurio favorecerá ahora las ventas en prendas de abrigo, con descuentos de hasta un 70%.

Echando un vistazo general en las calles de Donostia, abundaban madres e hijas que se pedían consejo las unas a las otras. Paula gritaba a su madre, Vero, desde la fila de espera. Esta, aunque larga, iba avanzando y la adolescente se estaba poniendo nerviosa. Mientras, su madre seguía mirando unos abrigos y le hacía gestos para que estuviera tranquila. «Todo el mundo hace lo mismo. Uno guarda cola y el resto mira. Eso quiere decir que las colas son en realidad aun más largas de lo que parecen», comentaba la madre, despreocupada y riendo. Además, esta pareja tiene otro truco para ir de compras: «Si nos gusta una cosa pero no estamos seguras de si comprarla todavía, cogemos nuestra talla y la cambiamos de sitio o la escondemos en el fondo del perchero. Si luego decidimos comprarla, al volver es más probable que siga donde la dejamos».

«¡Devoluciones por aquí!», gritaba una dependienta, en una tienda donde la cola para pagar se mezclaba con la de los probadores. Enseguida se formó otra ante su caja, con gente que quería cambiar prendas previamente adquiridas. «Me compré este pantalón hace casi un mes a su precio normal, pero no lo he estrenado todavía. Así que lo voy a devolver para que me devuelvan el dinero. Con lo que me den volveré a comprar el mismo pantalón, porque en realidad me gusta, y alguna camiseta», calculaba en voz baja Ainhoa, que había ido a las rebajas con sus amigas. A la pregunta de si eso se puede hacer, todas ellas respondían con un sonoro y rotundo «síííí».

Pero las tiendas también tienen sus trucos para vender. Poner a los precios la coletilla del ‘99 parece una tontería pero funciona, porque en nuestro cerebro vale un euro menos. Y así es como terminamos con la cartera llena de monedas de un céntimo.

Otro truco es intercalar pequeños percheros de prendas de nueva colección que no tengan un precio muy elevado con los percheros de grandes promociones. Por ejemplo, si junto a un abrigo que antes costaba 80 euros y ahora 40 vemos una camisa que cuesta 15 euros sin promoción, podría resultarnos atractiva aun no teniendo rebaja.

Aprovechar la ocasión

Dado que acaban de pasar las Nnavidades y para esa época en sitios como Donostia las tiendas lanzan vestidos más elegantes (este año han triunfado las lentejuelas), muchas jóvenes andaban a la búsqueda de prendas para ocasiones especiales. «Tengo una boda en mayo, así que estoy mirando los vestidos de Nochevieja para ver si me gusta alguno. La pega es que son casi todos negros y el evento es en primavera. Tendré que aprovechar los complementos para darle color al look», decía Julene, junto a un perchero de vestidos de noche y zapatos de tacón.

Y como el día de Reyes fue anteayer, hay quien aprovecha las rebajas para comprar su regalo. «Tengo un tope de 100 euros para gastar. Si no llego, lo que sobre me lo darán mis aitas para mis cosas. Prefiero esto a que que me regalen algo que no me gusta y lo tenga que cambiar. Soy un poco especial», bromeaba Danel, de 17, mientras sus padres miraban cosas para ellos.

Las calles de Donostia estaban llenas, y casi toda la gente llevaba al menos una bolsa. Incluso la gente que opinaba que «no hay nada», como dos mujeres que paseaban ya con un café en la mano. «Pensábamos que íbamos a arrasar y nos llevamos un par de camisetas básicas y unos leggins, por decir que hemos comprado algo», comentaba Marilo intentando poner voz de indignada, a lo que su amiga Ana respondía con risas, sacando de la bolsa sus adquisiciones.

Eleazar salía de una perfumería con una gran bolsa. «Yo aprovecho las rebajas y promociones durante el año para comprar cosméticos. Vengo, miro, apunto y cuando hay descuentos compro de dos en dos. Sé que son cosas que voy a gastar», apuntaba mostrando el contenido de su bolsa, donde había perfumes e hidratantes faciales a pares.

Entre los pocos que no llevaban bolsas se encontraba la tolosarra Elene. «He venido a mirar qué hay y dentro de un mes, cuando todo esté aún más barato y solo queden las cosas feas, volveré con los amigos para buscar complementos para carnavales. Este año con la de colores plateados y dorados que hay se me ocurren un par de disfraces...», decía para después asegurar que jamas se le ocurriría ir a comprar el primer día de rebajas porque «es una locura».

Más promociones al año

La mayoría de las personas con las que hablamos aseguraron que no pensaban gastar demasiado dinero en las rebajas, aunque tampoco se habían puesto un límite. La tónica general es salir a mirar y si algo gusta, comprarlo.

Las continuas promociones durante el año en las grandes cadenas, y por obligación también en las tiendas pequeñas, hacen que las compras se espacien durante el año. Los compradores no esperan a las rebajas de invierno o verano porque continuamente pueden comprar los productos a un 20% o 30% de descuento en muchos comercios gracias a las rebajas de media temporada, días puntuales como el Black Friday o descuentos por fidelidad. Sin embargo, cuando llegan las rebajas la gente acude a las tiendas casi como si fuera una tradición y, al final, muchos acaban comprando algo.

Las tiendas apuestan por este periodo de rebajas, que durará hasta el 6 de marzo en Nafarroa y hasta el 31 de marzo en la CAV. Por eso crean nuevos miles puestos de trabajo temporales. En la CAV hay 4.600 empleos destinados a esta campaña, un 4% más que el año anterior. Además, el 25% de los trabajadores contratados para la campaña navideña han renovado sus contratos. En Bizkaia se han firmado 2.380 contratos, en Araba 1.160 y en Gipuzkoa 1.040. En Nafarroa, los contratos para rebajas son 2.940, lo que supone un aumento del 7% respecto al año anterior.