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astaná

Los rebeldes sirios sacan pecho en el inicio de la negociación

Los rebeldes sirios presentes en la negociación con el régimen en Astaná mostraron una posición de dureza en el primer día de conversaciones al negarse a sentarse cara a cara con la delegación gubernamental, advertir de que si las negociaciones fracasan volverán al combate y exigir que milicias chiíes y kurdas sean consideradas «terroristas». Damasco pidió la puesta en marcha de un proceso político y la separación clara de los grupos yihadistas.

El primer día de las negociaciones entre emisarios del presidente sirio, Bashar al-Assad y grupos rebeldes, que se llevan a cabo en el Hotel Rixos de Astaná, terminó ayer sin avances claros. Los opositores comenzaron el diálogo mostrando una posición de dureza que contrasta con la debilidad con la que llegan a capital de Kazajistán. Así, en el último momento se negaron a hablar cara a cara con la delegación del régimen, a pesar de que para la ceremonia de apertura se encontraban todos alrededor de una gran mesa.

Además, advirtieron de que, si las negociaciones fracasan, «no tendremos otra opción que seguir combatiendo» y rechazaron que Irán sea garante de cualquier acuerdo, aunque sí aceptan que Rusia cumpla este papel.

Estas conversaciones se producen en un nuevo contexto, tras la decisiva intervención militar rusa en apoyo del régimen y la progresiva pérdida de influencia de Washington, a la vez que los grupos rebeldes se encuentran en una posición más débil y dividida.

En la sesión de ayer la delegación rebelde mantuvo conversaciones con sus aliados turcos, pero también con los rusos, aliados del régimen de Damasco, y con la ONU.

Las dos partes afirmaron que esperan que este encuentro refuerce el alto el fuego, si bien siguen los combates en la zona de Wadi Barada, origen del suministro de agua de Damasco.

La delegación rebelde insistió en el cese de las operaciones militares y en la mejora del ingreso de la ayuda humanitaria para la población civil. También pidió que las milicias chiíes y los combatientes kurdos de las YPG, sean designados «grupos terroristas». El responsable de la delegación de Damasco, Bashar Jaafari, insistió, por su parte, en la creación de un proceso político para resolver el conflicto y una separación estricta entre rebeldes y yihadistas.

Por su parte, el enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura, llamó a la creación de un mecanismo de vigilancia y de implementación del alto el fuego en el terreno.

Por otra parte, el Pentágono negó que EEUU esté coordinando con Rusia los ataques aéreos en Siria contra el ISIS, como había afirmado el Ministerio de Defensa ruso, pero la Casa Blanca no descartó hacerlo en un futuro y recordó que el presidente, Donald Trump, es partidario de colaborar con los países que quieran derrotar al ISIS.