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Ramiro González tilda de «ataque directo» a Araba la posible reapertura de Garoña

El diputado general de Araba ha indicado que la posible reapertura de Garoña «supone un ataque directo» a este herrialde, y ha acusado a los dirigentes del PP Javier Maroto y Alfonso Alonso de ser «cómplices» de esa decisión. Para el colectivo ecologista Eguzki, se trataría de «un riesgo inasumible». 

El diputado general de Araba, Ramiro González, en una imagen de archivo
El diputado general de Araba, Ramiro González, en una imagen de archivo

El diputado general de Araba, Ramiro González, ha indicado que la posible reapertura de Garoña «supone un ataque directo a Álava, ya que es el territorio principalmente afectado si se decide finalmente prolongar la vida de una central nuclear que tenía que estar desmantelada» y ha acusado a los dirigentes del PP Javier Maroto y Alfonso Alonso de ser «cómplices» de esa decisión.
 
«Sería un ataque, además cuando algunas personas del Partido Popular ocupan cargos muy relevantes, y me refiero por supuesto a Javier Maroto. El no puede decir ya que no es partidario, porque está a la derecha de Rajoy. O por ejemplo el señor Alfonso Alonso, que tiene una influencia notable en el Partido Popular», ha señalado.

Por ello, el diputado general considera que el PP alavés «tendrá que dar explicaciones, y no me vale como explicación lo que le he escuchado esta mañana a la portavoz en el ayuntamiento de Vitoria, que ella personalmente no está de acuerdo».

González ha asegurado que la Diputación va a seguir oponiéndose a esta reapertura «desde lo que esté en nuestras manos», aunque «desde Madrid no nos prestan la más mínima atención».

Eguzki ha alertado de que reabrir Garoña supondría «un riesgo inasumible dadas la graves deficiencias, accidentes y catástrofes que se han producido en supuestos similares». Esta asociación ecologista ha acusado al Gobierno español y a Nuclenor de «dar pasos para ponerla en marcha nuevamente, anteponiendo con ello el interés económico en el corto plazo, a la seguridad de la ciudadanía y del medio ambiente».

«Garoña debería haber estado cerrada hace mucho tiempo por vieja, peligrosa, innecesaria, estar amortizada y porque lo demanda la sociedad», ha enumerado Eguzki.