
«Al trabajar con mi mujer y mis hijos, antepuse la colaboración de confianza», ha justificado Fillon, durante una rueda de prensa en la que ha querido «aclarar las cosas». «No tengo nada que esconder», ha declarado en la comparecencia, rodeada de una amplia expectación mediática y ciudadana.
El aspirante de Los Republicanos a la Presidencia del Estado francés ha recordado que contrató a miembros de su familia de forma «legal» y ha señalado que «no se disimuló nada», pero en esta ocasión ha reconocido la variante «ética» de una práctica que le ha puesto en el punto de mira en un momento clave de su carrera política.
«Fue un error y pido perdón a los franceses», ha dicho Fillon, quien ha aprovechado para recordar que, desde hace tres años, ya no tiene en nómina a ningún pariente.
El ex primer ministro ha entendido los «interrogantes» que plantea el caso, pero al mismo tiempo ha cargado contra quienes han lanzado «un ataque de una violencia inusitada». El escándalo le ha hecho pasar de favorito en las encuestas a quedarse virtualmente fuera de la segunda vuelta.
La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, y el exministro de Economía Emmanuel Macron se disputarían la Presidencia en la segunda vuelta electoral, según un nuevo sondeo que ha confirmado la caída de Fillon. La encuesta de Opinionway concede a Fillon un insuficiente 20% de los votos en primera vuelta.
No devolverá el dinero
En el caso de su mujer, la Fiscalía investiga no la contratación en sí, legal y hasta cierto punto común en el Estado francés, sino la sospecha de que cobrase por un trabajo que en realidad no ejercía, como aseguró la información revelada por la revista ‘Le Canard Enchainé’ y que elevaba el montante bajo sospecha a 900.000 euros.
«Sí, empleé a mi esposa como colaboradora. Luego fue la colaboradora de mi suplente, antes de volver a ayudarme. Ocupó este puesto durante quince años, por 3.677 euros netos, un salario perfectamente justificado para una persona licenciada en Derecho y Literatura», ha explicado Fillon.
A la pregunta de si Penelope Fillon devolverá el dinero cobrado, su marido ha rechazado esta posibilidad, ya que existen «pruebas» de que sí realizó el trabajo y estaba al corriente de impuestos. El candidato conservador ha prometido publicar en Internet «la totalidad de los contratos».
«Todo está sobre la mesa. Ahora, la transparencia deberá aplicarse también a todos y hacer un tratamiento mediático idéntico», ha apostillado Fillon. Este lunes, ha declarado, «empieza una nueva campaña» y el objetivo sigue siendo «ganar» la carrera hacia el Elíseo.
La Justicia estudia nuevas acusaciones
Por otro lado, el diario ‘Le Monde’ ha publicado este lunes que la Justicia francesa está estudiando si amplía las acusaciones contra Fillon, a los delitos de financiación ilegal de una campaña electoral y de tráfico de influencias.
El rotativo asegura que de su interrogatorio ante los investigadores que analizan los supuestos empleos ficticios de la esposa de Fillon y el trabajo de dos de sus hijos se desprenden otros posibles cargos contra el jefe del Gobierno entre 2007 y 2012.
Fillon declaró ante los investigadores que su hijo Charles, contratado como asistente suyo en el Senado entre 2005 y 2007, trabajó en realidad para la campaña presidencial de Nicolas Sarkozy en 2007.
«Me ayudó trabajando en el programa para las presidenciales y en asuntos institucionales», afirmó el Fillon, según ‘Le Monde’.
Esa confesión de que utilizó a un asistente parlamentario para trabajar para el candidato Sarkozy puede abrir una nueva vía de investigación por un posible delito de «financiación ilegal de campaña electoral», señala el diario.
El candidato aseguró además que Marie Fillon, otra de sus hijas contratada también como asistente parlamentaria en su etapa de senador, le ayudó en la escritura de un libro, algo que no se corresponde con su teórico cometido.
Los dos hijos eran estudiantes de Derecho en el momento de los hechos y ganaron por esos trabajos 85.000 euros.
Está previsto que en los próximos días sean interrogados por la policía financiera dentro de la investigación preliminar abierta por la Fiscalía.
Los investigadores analizan si también pudo haber un delito de tráfico de influencias en la atribución en diciembre de 2010 de la Gran Cruz de la orden nacional de la Legión de Honor al empresario Marc Ladreit de Lacharrière, dueño de la publicación ‘La revue des deux mondes’, que contrató a Penelope, mujer de Fillon, en 2012 por 5.000 euros brutos al mes.
Un trabajo por el que la esposa del candidato solo efectuó dos críticas literarias en año y medio, según el entonces director de la revista, Michel Crépu.
Los agentes sospechan que pudo tratarse de un favor a cambio de la condecoración, difícil de conseguir en el Estado francés y que fue atribuida a instancias de su marido, entonces primer ministro, según ‘Le Monde’.
Así, los problemas judiciales del candidato conservador se pueden multiplicar, puesto que la justicia también se ha interesado por los beneficios multimillonarios de la empresa de asesoría de Fillon.
Finalmente, el ex primer ministro también puede ser investigado dentro de una red de malversación de fondos públicos que afecta a varios senadores conservadores, gracias a la que, según el medio digital ‘Mediapart’, ingresó cerca de 25.000 euros.
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