Alavés y Celta han disputado este domingo un partido intrascendente, en el que no se jugaban nada de cara a la clasificación de liga. Eso, y el hecho de jugar en casa, ha ayudado al conjunto local para imponerse a un inoperante Celta (3-1).

Los babazorros han dominado de arriba a abajo la primera parte, que ha terminado con un claro 3-0. Mani García, a los seis minutos de juego, ha sido quien ha abierto la lata. En el 18 Feddal ha hecho el segundo y en el 42 Deyverson ha sentenciado el partido.

Tras el descanso, y la más que merecida bronca del entrenador, el Celta ha mostrado una versión mejorada. Ha creado más ocasiones pero el único gol visitante ha llegado desde el punto de penalti, en el 77 de partido, a cargo de Iago Aspas.

La victoria le permite al conjunto babazorro ganar moral de cara a la final de Copa que este día 27 disputará contra el Barcelona.

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