Dabid LAZKANOITURBURU

Trump y Kim Jong-un redoblan su recíproca retórica amenazante

El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, señaló que el misil que sobrevoló Japón no es sino «un aperitivo» y el presidente de EEUU, Donald Trump, replicó que «25 años después, hablar (con Pyongyang) no es la respuesta». Pese a ello, tanto el Pentágono como el Consejo de Seguridad de la ONU siguen primando la diplomacia combinada con sanciones (el palo y la zanahoria). Y todas las miradas apuntan a China, aliado histórico del régimen norcoreano.

El presidente de EEUU, Donald Trump, reiteró ayer que el diálogo «no es la respuesta» tras el lanzamiento de un misil norcoreano que sobrevoló Japón.

«Estados Unidos ha estado hablando con Corea del Norte y pagando dinero como extorsión durante 25 años. Hablar no es la respuesta», advirtió Trump en su cuenta oficial de Twitter.

El magnate se refería a la decisión de su antecesor Bill Clinton, que en 1994 descartó un ataque contra las instalaciones nucleares norcoreanas en Yongbyon y apostó por el diálogo en el marco de una política del palo y la zanahoria.

Por su parte, el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, prometió más lanzamientos de misiles y señaló que el último no fue más que «un aperitivo».

En declaraciones recogidas por la agencia oficial KCNA, Kim Jong-un añadió que se trató de «un preludio importante para contener a (la isla de) Guam, base avanzada de la invasión» y anunció nuevos ejercicios de lanzamiento de misiles como respuesta a las maniobras conjuntas en curso de los ejércitos de EEUU y Corea del Sur.

Hawai: prueba «programada»

En una muestra más de la creciente tensión bilateral, el Ejército estadounidense anunció haber realizado ayer una prueba «programada» con misiles antimisiles en el USS John Paul Jones ante las costas de Hawai.

Por contra, el jefe del Pentágono, James Mattis, bajó el tono al asegurar que Washington «no se ha quedado sin soluciones diplomáticas» en la crisis.

Igualmente, el Consejo de Seguridad votó por unanimidad en la tarde del martes (madrugada del miércoles en Euskal Herria) una declaración de condena del ensayo norcoreano pero que no incluye nuevas sanciones a las aprobadas a prin- cipios de agosto tras un lanzamiento de misiles anterior y cuyo cumplimiento privaría a Pyongyang de 1.000 millones de dólares al bloquear sus exportaciones de hierro, mineral de hierro, carbón y pesca.

La ONU se reservaría nuevas sanciones en el ámbito petrolero o con la devolución al país de trabajadores en el extranjero.

De momento, la declaración, escrita por EEUU, insta a todos aplicar de forma «estricta, total y rápida» las sanciones.

China admitió que Pyongyang «violó las resoluciones de la ONU» y prometió una «respuesta clara», aunque reiteró su apuesta por el diálogo.