En esa pequeña y coqueta Plaça del Ví, abarrotada y con todos los accesos también atestados de gente, la conseller de Trabajo de la Generalitat, Dolors Bassa, ha aseverado que «tenemos todos los planes preparados: el A, el B y el C si fuera preciso. A cada represión, una solución».

En un discurso vibrante e interrumpido constantemente por gritos de «Votarem» e «Independència», Bassa ha recordado que «vinieron a por unos proveedores de la Generalitat y al día siguiente había más proveedores dispuestos a colaborar; vinieron a por una funcionaria, y al día siguiente más de la mitad de los funcionarios estaban protestando; ahora vienen a por el Govern y les decimos ‘no tenemos miedo’. El miedo no es del siglo XXI». «El Estado ha perdido el norte –ha asegurado tras repasar todos estos ataques–, y perderá ahora el Noreste de la Península».

Dolors Bassa, conseller de Trabajo de la Generalitat, se dirige a la multitud concentrada en Girona pic.twitter.com/m9XvbAEhEW

— naiz: (@naiz_info) September 24, 2017

Durante casi dos horas se han sucedido poesías y canciones. El ambiente lo habían caldeado previamente las danzas de cabezudos y gigantes, estos portando en el pecho mensajes de «Democracia» después de que la semana pasada una kalejira similar fuera abordada por la Policía en otra localidad por apoyar el referéndum.

Gigantes y cabezudos en Girona, antes de la concentraciones convocadas por la AMI y la AMC frente a todos los ayuntamientos catalanes pic.twitter.com/TfmUj0Gndm

— naiz: (@naiz_info) September 24, 2017

Como en el resto de actos de estos días, se ha dado voz a todos los sectores del soberanismo, y todos los portavoces sin excepción han sido ovacionados. Por ejemplo Benet Salellas, diputado de la CUP, al remarcar que dada la situación a la que se ha llegado «la única manera de recuperar nuestros derechos es hacer el referéndum y que gane el Sí». O Fabián Mohedano, de Junts pel Sí, al denunciar con contundencia la inhibición del PSC, del que procede.