Agustín GOIKOETXEA
GALDAMES

El alcalde de Galdames renuncia tras el uso irregular de una tarjeta de crédito

El jeltzale Asier Larrucea ha renunciado a su cargo de alcalde y edil del Ayuntamiento de Galdames «por motivos personales». EH Bildu considera que el uso irregular de una tarjeta de crédito, a pesar de las advertencias del interventor municipal, le ha forzado a dimitir.

A mitad del mandato, el alcalde de Galdames, Asier Larrucea, formalizó en el pleno celebrado el 18 de octubre su doble renuncia al cargo que ocupa y al de concejal del PNV. En la sesión, además de agradecer el apoyo que había recibido, el jeltzale manifestó que abandona el Consistorio «por motivos personales» para volcarse en su familia, casa y trabajo. La corporativa Raquel Larruskain será su sustituta, según se ha anunciado.

EH Bildu apunta a que el detonante del abandono de Larrucea ha sido el uso irregular de una tarjeta de crédito. Su solicitud a una entidad bancaria fue, recuerdan, la primera decisión que adoptó el alcalde, «a pesar del informe del secretario-interventor que dice textualmente que ‘no cabe la utilización de una tarjeta de crédito en la ejecución presupuestaria’». «Parece –añadieron– que al alcalde no le bastaban 900 euros mensuales por gastos de representación que percibía».

Con esa tarjeta, Larrucea gastó cerca de 6.000 euros, de los que solo justificó 910 euros. EH Bildu desvela que ese dinero fue destinado al pago de comidas «a base de marisco y besugo, y de invitar a familiares y amigos». «En la última Euskal Jaia se justificaron 17 menús, donde por supuesto estaban incluidos todos su concejales», denuncian.

Al ser interpelado por esa práctica a pesar de tres informes desfavorables, aseguran, el alcalde lo justificó diciendo que «se gastó en comidas a políticos y técnicos para traer dinero al pueblo, como se ha hecho siempre». Para la oposición, se trata de un argumento «aberrante».

Lo cierto es que Asier Larrucea canceló la tarjeta de crédito y desde marzo, tal y como se lo había recomendado el interventor desde el principio, solicitó una de débito. Respecto al dinero gastado, el primer edil trató de justificarlo con tickets y facturas pero ha tenido que reintegrar a las arcas locales en torno a 5.000 euros. «Hubo alguna factura que pretendió incluir pero el interventor no se lo permitió», señalan desde EH Bildu.

Ejemplo de la gestión jeltzale

Los soberanistas censuran que el PNV trate de amparar a Larrucea. A pesar de que ha devuelto el dinero, creen que debía haber dado explicaciones convincentes de por qué obvió las indicaciones del interventor, recibiendo algún tipo de reproche político y personal del partido.

Estiman que la dimisión tenía que haberse producido antes, «y no por motivos personales precisamente», como la del resto de ediles del PNV.

«Seguimos creyendo que la dimisión del alcalde no exime al PNV de responsabilidad, por lo que exigimos al PNV de Galdames y al Gobierno municipal una disculpa ante la ciudadanía y un reconocimiento de que esta no es la forma ni de hacer política ni de gobernar», señalan. A EH Bildu no le sirve «la apelación a la honradez personal de los concejales, que nadie discute», pero les recuerdan que «han visto pasar todas esas actuaciones por delante de sus narices y no han tenido el valor de denunciarlo».