Joseba ITURRIA

Ibai Salas e Igor Merino cumplen un sueño en su quinto año en el Burgos

El salto del Burgos BH a la categoría continental profesional ha permitido a Ibai Salas e Igor Merino ver cumplido su sueño de correr en la Itzulia. Llevan cinco años en el modesto equipo burgalés y en el debut ante su público quieren buscar la fuga hoy porque mañana será más difícil.

Ibai Salas (Bilbo, 1991) ya fue protagonista el lunes en su debut en el World Tour tras una carrera en la que ya corrió en profesionales en 2013 con Caja Rural como stagiaire y desde 2014 milita en el Burgos: «El primer día fue muy especial con el debut en el World Tour, en la Itzulia, cogiendo la escapada. Estaba la carretera repleta de gente, toda mi familia... La pena es que los nervios me desgastaron más de la cuenta y me quedé en Garate. Me supo un poco amargo. Con lo que estaba disfrutando todo, se deslució, pero estoy contento y fue un debut soñado para mí. Al día siguiente en San Pelayo y Jata había mucha gente conocida y está siendo muy especial. Por cada sitio que pasamos la gente te conoce y se te ponen los pelos como escarpias. Todo es muy bonito».

De su debut en el World Tour destaca «la velocidad. Está siendo realmente alta. Las tres primeras etapas han sido superexigentes. El segundo día llegué con calambres a pie del último puerto y el miércoles intenté coger la fuga sin suerte. Parecía una etapa tranquila, pero nada. De salida Caruso hizo toda la subida, la más rápida de la historia de Errigoitia, salieron casi 3.000 metros de desnivel y al final me quedé y guardé fuerzas para volver a coger otra escapada».

Salas se tomó la crono como recuperación para coger la fuga hoy porque mañana «va a costar muchísimo». Quiere disfrutar hasta el último día porque «esto es un sueño desde que corríamos en cadetes. Correr en casa una de las mejores carreras del mundo, con los mejores ciclistas y una afición impresionante, es un sueño hecho realidad. Esto es por lo que luchas cada día. Estamos aquí y hay que disfrutarlo al máximo».

Agradece el salto dado por el Burgos: «Es un cambio de categoría importante, venimos de continentales, de ser muy humildes. Hemos dado un paso adelante, tenemos nivel porque estamos aquí y al final eso también nos da un cierto status en el pelotón. Estamos todavía por debajo de los ciclistas del World Tour, que están dos o tres puntos por encima, pero esto es un crecimiento y un paso adelante muy importante».

Este salto, que también abre la puerta para la Vuelta, les permitirá intentar demostrar a los equipos vascos que pueden contar con ellos: «Correr en un equipo de casa también sería otro sueño hecho realidad. Hay que mirar un poquito atrás y ver lo que hizo Euskaltel y la marea naranja que creó y pensar que eso se puede recuperar sería realmente importante para el ciclismo vasco y para nosotros como euskaldunes. Nos hemos tenido que buscar las habichuelas fuera de casa. No han tocado nuestras puertas, a pesar de que creo que hemos mostrado un buen nivel, estamos creciendo como ciclistas y espero que en un futuro nos puedan tener en cuenta».

Añade que «soy un ciclista que se me da muy bien estar en las fugas, soy combativo, valiente, y voy a luchar por ello. Sé que no voy a estar para hacer ni un Top’10 ni un Top’15 frente a los ciclistas del World Tour, pero lucharemos hasta el último día como en Catalunya, donde Diego Rubio fue segundo. Pecó un poco de principiante. Si no, nos habríamos llevado el triunfo. Nos estamos haciendo un nombre en el pelotón y cumpliendo con los objetivos que nos piden».

Igor Merino, sin buenas sensaciones

Igor Merino (Balmaseda, 1990) también lleva cinco años en el Burgos, pero además corrió dos con el continental de la Fundación en 2012-13. Ya debutó en la Volta y siente que lo acusa en la Itzulia: «Todos los días se va rapidísimo, hay mucha dureza y tampoco me he encontrado con mis mejores sensaciones. No he recuperado bien de Catalunya. Lo he intentado, pero no he conseguido entrar adelante y en la crono la idea era recuperar para intentar entrar las dos últimas etapas en la escapada. Todos los días ves amigos y conocidos y, aunque no los conozcas, en todas las subidas, sobre todo en Bermeo, oía mi nombre. Es una motivación extra, lo máximo que puedes recibir».

Es uno de los pocos corredores del Burgos que han corrido sus dos primeras vueltas en el World Tour: «Más imprevisto fue lo de Catalunya, la Itzulia sí que la tenía en el calendario. Es un paso muy importante para mí estar en las dos primeras carreras del World Tour del equipo. Más aquí, en la de casa. Esto es un sueño cumplido, estar aquí en una de las mejores carreras del mundo. Es una pasada correr aquí, ante una de las mejores aficiones del mundo. Eran unos cuantos años ya de continental y al final cuando se oyó que el equipo iba a pasar de categoría ninguno nos lo queríamos creer del todo, porque luego vienen las desilusiones. Pero al final se cumplió y empezamos el año muy contentos. Tenemos un buen equipo de diecisiete corredores y hay que ganarse el puesto para algunas carreras. He estado en las dos del World Tour y es un sueño cumplido».

Corrió en Colombia y, aunque estuvo un mes sin competir antes de la Volta, destaca que el calendario es mucho mejor que el de continental: «Había muchos meses sin competir, éramos la cola de todo y al final aquí seguimos siendo un equipo muy humilde, pero el calendario y todo ha mejorado bastante. El salto a una nueva categoría es una gran motivación para cualquier corredor. El equipo tiene dos años firmados, vamos creciendo día a día y esperemos que esto vaya para largo y podamos estar en la salida de la Vuelta, que es el objetivo del equipo, y que como aquí se vea el maillot del Burgos. En Catalunya estuvimos en todas las fugas presentes y aquí el principal objetivo del equipo ha sido el mismo. Una fuga que no hay un Burgos es una fuga mala, intentaremos meter a un corredor cada día sea como sea».