Natxo MATXIN

Un Bizkaia teñido de rojo vibra con los txapeldunes

No fue la de ayer una jornada cualquiera para Sakana. El valle navarro puede alardear durante un año de contar entre sus habitantes con los dos mejores pelotaris en la modalidad de parejas. El aliento y ánimo de sus paisanos estuvo presente en todo momento en las gradas del frontón Bizkaia, correspondiendo ellos con su buen hacer sobre la cancha.

A buen seguro que la noche se habrá hecho larga en Arbizu. La ocasión lo requería. Dos de los ya considerados hijos predilectos de Sakana dejaron su pabellón deportivo muy alto. No se gana cualquier día un campeonato de parejas y eso hay que celebrarlo como se merece, aunque uno de los triunfadores, José Javier Zabaleta, se habrá tenido que retirar pronto a sus aposentos, pues hoy está programado para jugar en Zumaia.

Muchos de sus familiares y amigos habrán disfrutado por él, en una fiesta que ya comenzó a teñirse de rojo en el coliseo bilbaino, a medida que los tantos comenzaban a caer del lado de la pareja navarra. Su paisano, Jon Lizarraga, y María Herrero, de Altsasu, ya presagiaron lo que iba a suceder antes de darse el primer pelotazo. «Va a ser un partido difícil, pero si Ezkurdia está entonado, tendrán muchas opciones de ganar», indicaron esta pareja, que ya habían cruzado apuestas en sus propios pueblos antes de desplazarse hasta la capital vizcaina.

Con el mismo optimismo y vistiendo una camiseta de apoyo a Zabaleta, Unai Bello, de Irurtzun, aventuraba un resultado favorable a los rojos. «Les vemos muy bien, han ido de menos a más y seguro que vamos a celebrarlo luego con ellos en la cena que tenemos prevista», avanzaba con euforia.

Acertaron en sus pronósticos, a diferencia de los seguidores de Elezkano II y Rezusta, que tuvieron que conformarse con esperar a una futura ocasión para ver en lo más alto del pedestal a los suyos. Pese a ello, en los momentos previos, la ilusión predominaba en sus vaticinios. Aitziber Sasia, de Basauri, augu- raba un envite «bastante competido, con dos parejas que vienen muy fuertes, aunque creo que este va a ser el año de Danel». Varias pancartas desplegadas en el rebote del frontón confirmaban esas muestras de apoyo al de Zaratamo y al de Bergara.

Para Aitor Muramendiaraz, vecino de esta última localidad, el encuentro iba a discurrir «equilibrado», aunque con la confianza de que su paisano volviese a repetir txapela. Finalmente, su deseo no se pudo cumplir, pero seguro que habrá más oportunidades.

Altsasukoak, askatu

La cita pelotazale también sirvió para la chanza de varias despedidas de soltero. Ataviado como un auténtico pelotari profesional, Jokin Oria, de Legazpi, apenas había dormido unas horas tras ser rescatado de la cama por su cuadrilla y llevado sin previo aviso hasta el frontón Bizkaia, en cuya entrada reconocía a GARA que él donde realmente había hecho sus pinitos era como pivote de balonmano en su localidad. No faltaron tampoco quienes fueron engalanados como futbolistas e incluso de karatekas.

En tono más serio, y ya cuando se vivía el último tanto de la final, prácticamente todo el recinto se unió al coro iniciado en la parte de los aficionados de Sakana, solicitando la libertad de los jóvenes de Altsasu encarcelados por una pelea en un bar del pueblo. El grito de «Altsasukoak, askatu» retumbó en el recinto bilbaino como lo hará este próximo sábado en la manifestación que está prevista por las calles de Iruñea.

Al final, la igualdad que le faltó al encuentro quedó compensada con el buen ambiente que reinó en las gradas. Esta vez la alegría se tiñó de rojo, para mayor disfrute de una comarca emblemática de Euskal Herria.