Agustín GOIKOETXEA
BILBO

La tortilla de patata reivindica su carácter popular y origen navarro

No hay nada más popular que la tortilla de patata, como lo corroboraron las 423 que se presentaron ayer a concurso en el Gastronómico, donde se impuso Intxausti de Bilbo y la comparsa Komantxe. También hubo ocasión de profundizar en el origen navarro del plato.

Hubo que madrugar al objeto de encontrar espacio en El Arenal para participar en el popular concurso de tortilla, donde cuadrillas de jóvenes compartieron mañas culinarias con nonagenarias. Sin duda, la jornada más participativa del Gastronómico que organiza Bilboko Konpartsak con Makilaren Kofradia.

Es un concurso que engancha como reconocía, con «cuatro o cinco» participaciones, Nerea Zuloaga mientras freía patatas y observaba cómo otro compañero de la Asociación T4 daba la vuelta a una de las tortillas que habían cocinado. «Queremos ser parte de Aste Nagusia y darnos a conocer», argumentó.

Para el mediodía tenían ya 15 tortillas hechas, cuatro para el concurso y querían contar con otras 12 para poder degustar las 40 personas que conformaban la cuadrilla. «Las de concurso son con huevos ecológicos y no tienen cebolla», precisó Zuloaga. que confesó que era «la cuarta tortilla que hago en mi vida».

Muy cerca, en la zona acotada por la organización, el alcalde atendía a los medios de comunicación y demostraba que tiene práctica en la cocina. «La patata se fríe con aceite muy caliente, cortada en lascas para que se hagan bien y que tenga una buena cantidad de huevo para que salga jugosa», explicó Juan Mari Aburto.

En otro corrillo a la sombra se identificaba a una veintena de miembros de Abusu Ikastola, en su segunda incursión en este concurso. «El año pasado ganamos un trofeo y 70 euros en bacalao a la vizcaina», desveló orgullosa Ana Tudanca. Uno de los motivos para participar fue que están a favor de las fiestas populares y es difícil argumentar que lo de ayer no era popular.

Tudanca comentó que iban a presentar tres tortillas a concurso y otras seis más se iban a comer. «Además, también tenemos macarrones», apostilló.

Unicornios y pompas de jabón decoraban el txoko de otra cuadrilla. «Aquí huele a trofeo», dijo con sorna un paseante. Iñaki Sastre manifestó que estaban cocinando seis tortillas con cebolla para concurso y que luego iban a hacer una paella como comido. «Estamos barajando venir el sábado al marmitako», avanzó quien ejerció de portavoz del grupo.

No fue en Begoña, en Nafarroa

El Gastronómico es algo más que cocina, también tiene una vertiente divulgativa en su afán por aportar a la cultura culinaria del país. El saber popular sitúa el origen de la tortilla de patata en los alrededores de Bilbo en la Primera Guerra Carlista. La leyenda dice que una etxekoandre de Begoña sirvió a Tomás Zumalakarregi lo que pudo ser la primera tortilla mezclando patatas y huevos, que eran los únicos productos que había en aquel baserri matsorri.

Pero esa tesis ha quedado relegada después de que el investigador Juan Inazio Hartsuaga hallase una primera mención documentada de este plato en el denominado Memorial de Ratonera de 1817, que es una recopilación de las cartas que navarras y navarros solían introducir bajo la puerta de las Cortes para su estudio y debate; un antecedente del Ararteko.

La propuesta de los baserritarras era que Nafarroa tenía que conseguir la autorización para exportar comida al extranjero y mejorar sus ingresos. En esa mi siva se detalla cómo se cocina la tortilla de patata, aprovechando los productos locales: «dos o tres huevos en tortilla para cinco o seis, porque nuestras mujeres la saben hacer grande y gorda con pocos huevos, mezclando patatas, atapurres de pan u otra cosa». Desde la asociación Mikoleta se destaca que es el testimonio más antiguo del que se tiene conocimiento.

Ayer se elaboraron varias tortillas siguiendo las pautas encontradas en esas investigaciones sobre el origen de la tortilla