Maite UBIRIA BEAUMONT
BAIONA

Clima económico positivo pero fragilizado por costos y «reformas cuestionables»

El presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Baiona (CCI), André Garreta, se mostró ayer solidario con el porcentaje creciente de ciudadanos que, según las encuestas, se muestran desencantados con el macronismo. La presentación del ecobarómetro semestral sirvió para pedir reflexión sobre diversas medidas anunciadas desde París.

Los empresarios del norte de Euskal Herria se muestran confiados en que el clima económico favorable, que ya constataban precedentes mediciones de la Cámara de Industria y Comercio de Baiona (CCI), se mantenga cara al último semestre del año.

Sin embargo, el elogio de la recuperación, presente en anteriores ecobarómetros, ha dado paso al reconocimiento de que las incógnitas que pesan en el panorama hexagonal e internacional sitúan más bien a la actividad económica en un escenario de «ralentización mecánica».

Las empresas ven como se reducen sus márgenes de negocio por el impacto de los precios de la energía y otras materias primas pero también por una disminución de la cartera de clientes, factor este último en el que ha pesado fuertemente la menor afluencia turística, atribuida a la «metereología adversa».

La mayoría de los vectores de medición arrojan números en verde, con un aumento global de la dinámica empresarial de +1,7% y un descenso muy importante de los ceses de negocio (caída superior al 29%).

Lento descenso del desempleo

En conjunto, el ambiente es propicio para la actividad económica para el 75% del más de medio millar de empresarios vascos que han respondido a la encuesta de coyuntura desarrollada a nivel de la macroregión Nueva Aquitania. El aumento de efectivos salariales progresa en Zuberoa, Nafarroa Beherea y Lapurdi a un ritmo superior al de la media regional (+4,8% de masa salarial) mientras que el índice de desempleo sigue su lento descenso (-0,3 puntos) hasta situarse en el 8%. Con todo el porcentaje de personas que buscan un empleo es un punto superior con respecto a las cifras precedentes a la crisis iniciada en 2010-2011.

Las infraestructuras de transporte arrojan datos no exentos de contrastes. El aeropuerto de Biarritz arroja una pérdida de 10.725 pasajeros estatales (-9.730 europeos) mientras que el puerto de Baiona sale de su letargo, gracias a la materialización de proyectos de laminación y por la perspectiva abierta por el programa de 14,3 millones de inversiones a seis años vista que impulsan Baiona y Burdeos.

Con todo, la exposición de datos no llevó al presidente de la Cámara a hacer una lectura del todo optimista, dadas las incertidumbres derivadas de la política de aranceles y las medidas de sanción a Irán decididas por la administración de EEUU y sobretodo por las incógnitas en relación al Brexit.

Con todo, Garreta se mostró bastante más preocupado por las reformas «made in France», que se adoptan, dijo, «sin consultar y sin medir los impactos». Alertó, así, de las consecuencias de la retención del IRPF sobre la nómina, «un rompecabezas para los pequeños negocios», y de los recortes presupuestarios «que ponen en peligro el apoyo de las CCI a las empresas». Sin ocultar su malestar, invitó al ministro de Economía, Bruno Le Maire, a acercarse a Baiona para «debatir sobre las cuestiones que preocupan a quienes crean riqueza y empleo en este territorio».

 

Mancomunidad y CCI acercan posturas sobre la tasa de transporte

La Asamblea Nacional francesa abordará este otoño el debate del proyecto ley de movilidad que lleva aparejada una nueva tasa de transporte. Esa cuestión se ha convertido en un caballo de batalla entre la CCI y la Mancomunidad Vasca. La propuesta de aplicar la tasa sin más dilaciones desató la guerra entre la institución que preside Jean-René Etchegaray y la Cámara, e hizo aflorar un fuerte malestar entre los empresarios del interior de Iparralde, que consideran que se les quiere aplicar un impuesto de más sin que se preste a cambio un servicio efectivo.

En cierto modo, la decisión de la Mancomunidad hizo que se desbordara el vaso al coincidir en el tiempo con la actualización catastral que se ha traducido para muchos negocios en un aumento de cuatro a cinco veces del impuesto por el uso de inmuebles. En ese contexto de tensión, el pasado sábado, la Mancomunidad dio un paso atrás. Etchegaray ofrece diálogo y una decisión final concertada. De entrada, buscará los oficios del diputado macronista Vincent Bru para enmendar el proyecto de ley. La ambición es zonificar el impuesto, para aminorar su impacto. De no prosperar la idea, se aplicaría el escalonamiento de la tasa en doce años, con los cinco primeros al 0%. Garrera saludó esa vuelta «a la letra del pacto fiscal», aunque espera que «las palabras se concreten en hechos concretos». M.U.