GARA
WASHINGTON

Maratón de mítines hasta la apertura de urnas para mover el voto en EEUU

La importancia de las elecciones de medio mandato en EEUU, como plebiscito del Gobierno de Donald Trump y con la mayoría del Congreso en juego, ha multiplicado la presencia del presidente y su discurso del miedo en un maratón de mítines casi hasta última hora. A su vez, los demócratas apelan al votante por el rechazo a Trump.

El presidente de EEUU, Donald Trump, continuó su maratón de mítines hasta pocas horas antes de que se abrieran hoy las urnas para los comicios de mitad de legislatura. Trump tenía previsto regresar a la Casa Blanca pasada la medianoche, unas horas antes del inicio de la votación, después de haber participado en varios actos de campaña en Cleveland, Ohio; Fort Wayne, Indiana, y después Cape Girardeau, en Misuri.

Su omnipresencia deja claro que las elecciones son un plebiscito sobre su mandato, dos años después su elección, pero además están en juego todos los escaños de la Cámara de Representantes, un tercio de los puestos del Senado, 36 gobernadores y docenas de legislaturas estatales, lo que complica predecir la orientación del voto.

Por ello, tanto republicanos como demócratas han apostado fuerte por movilizar a sus votantes. «Hay una gran electricidad en el aire, algo que no se ha visto desde 2016», afirmó ayer Trump, que en sus mítines logra colocarse en el centro del debate político sobre sí mismo, con un discurso que pasa de elogiar los logros económicos a una narrativa del miedo en la que denuncia la «invasión» inmigrante.

Con declaraciones grandilocuentes, lenguaje llano y ataques personales, repite que los demócratas convertirían al país en un agujero negro de crímenes y drogas, impondrán el socialismo y borrarán las fronteras de EEUU, como afirmó el domingo en un mitin en Chattanooga, en Tennessee.

Aunque movilizan a votantes republicanos, estos discursos también irritan a muchos, lo que da a los demócratas una esperanza. Según las encuestas, los demócratas tienen ventaja de 50% frente a 43% en la Cámara Baja, pero es una diferencia que se ha reducido mucho respecto a sondeos de agosto y no muestra la correlación con la gente que realmente va a votar.

La incertidumbre es aún mayor por el esperado elevado nivel de participación para unas elecciones de medio mandato.

Uno de las mayores interrogantes es el voto latino, con 29 millones de hispanos están registrados para votar. Aunque Trump tiene el rechazo mayoritario de esa comunidad, casi el 30% de los votantes hispanos lo apoyaron en 2016.

Sin un líder claro, los demócratas han recurrido en los últimos días de campaña a su principal arma, el expresidente Barack Obama, para apoyar a los candidatos con más dificultades. «El carácter de nuestro país está en la papeleta», afirmó Obama el domingo. «Las elecciones de mañana pueden ser las más importantes de nuestras vidas», reiteró ayer.