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Sortu aboga por «la negociación» y no por «los porrazos» en el conflicto de Maravillas

El secretario general de Sortu, Arkaitz Rodriguez, ha abogado por «la negociación» y no por «la represión y los porrazos» en el conflicto de la ocupación del palacio del Marqués de Rozalejo, reconvertido en el gaztetxe Maravillas de Iruñea, que fue clausurado por el Gobierno de Nafarroa. Además, cree que «determinadas actitudes de cerrazón en torno a un edificio, no contribuyen en lo más mínimo a una solución».

Sortu aboga por el diálogo frente a «los porrazos» en el contencioso por Maravillas. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)
Sortu aboga por el diálogo frente a «los porrazos» en el contencioso por Maravillas. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)

En una entrevista concedida a Radio Euskadi, recogida por Europa Press, Rodriguez ha apostado por «hacer uso de otra serie de locales para poder desarrollar el proyecto de autogestión juvenil que determinados colectivos reclaman».

Además, ha coincidido con EH Bildu en que no puede ser «la represión o los porrazos los que puedan contribuir a solucionar lo más mínimo este problema». «Lo que hace falta es sentarse a hablar, apostar por la negociación y el acuerdo que, además, son los valores que caracterizan el cambio (en Nafarroa) y que lo hicieron posible», ha apuntado.

El dirigente de la formación de la izquierda abertzale ha asegurado que «determinadas actitudes de cerrazón en torno a un determinado edificio, no contribuye en lo más mínimo a buscar una solución». «Para la izquierda abertzale no es tanto el lugar físico en el que pueda desarrollarse ese proyecto como el proyecto en sí», ha apuntado.

Por ello, ha dicho que «la demanda de esos colectivos es legítima y necesario», pero «lo importante es garantizar la viabilidad de ese proyecto donde sea».

En este sentido, ha recordado que el alcalde de Iruñea, Joseba Asiron, ha realizado una propuesta para «poder desarrollar ese proyecto a escasos metros de donde se encuentra el famoso Palacio del Marqués de Rozalejo».

Protestas y cargas
Por último, ha dicho que no se pueden comparar «unas pintadas de protesta y denuncia, con porrazos, heridos y las cargas que se han presenciado en las últimas semanas». «Ningún Gobierno que se diga de cambio, puede reprimir demandas legítimas, so pena de acabar pareciéndose en exceso a eso que quiere combatir», ha manifestado.

No obstante, entiende que «ningún movimiento social que aspire a una transformación social, real, en profundidad, debería mantener para con las instituciones gobernadas por las fuerzas del cambio, que son progresistas, cuando no abiertamente de izquierdas, como en el caso de EH Bildu, las mismas actitudes que mantendría en el caso de que esas instituciones continuaran gobernadas por la derecha o la extrema derecha, como era el caso de UPN».