Ion SALGADO
GASTEIZ

Los rendimientos de la DOCa y el debate de ABRA agitan el Ebro

A falta de dos meses para que comience la vendimia, los bodegueros de Rioja Alavesa tienen dos frentes de batalla abiertos: el aumento de los rendimientos establecidos por el pleno del Consejo Regulador de la DOCa Rioja y la división existente en el seno de ABRA.

Las aguas del Ebro bajan revueltas a su paso por la muga entre Araba y La Rioja logroñesa, dos territorios históricamente enfrentados que comparten un tesoro común, las viñas. La uva es sinónimo de riqueza y disputa en Rioja Alavesa, donde los bodegueros tienen abiertos dos frentes de batalla: uno en el seno de la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa (ABRA), que el pasado miércoles celebró una tensa asamblea extraordinaria de tres horas; y otro en la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja, que la semana pasada aprobó un aumento de los rendimientos.

El pleno del Consejo Regulador ha dado vía libre a un aumento del 9% en el límite de uva, fijando un rendimiento del 110% para variedades tintas. Esta decisión ha suscitado las críticas de algunos viticultores de Rioja Alta, que consideran que «se está primando la cantidad de uva por encima de la calidad», y del diputado general de Araba, Ramiro González, que advirtió de que «nos encontramos en un contexto de caída de ventas del 7,35% en 2018 y del 4,6% hasta mayo de este año», por lo que «es difícil entender la decisión de incrementar a través del stock cualitativo un 9% adicional de uva». «Supone alejarse de la apuesta por la calidad y el control de las producciones que siempre han caracterizado a esta comarca frente a un modelo de producción que contribuye a la reducción de precio de la uva», apuntó el jeltzale, que en el pleno de investidura propuso una calificación propia para los vinos de Rioja Alavesa dentro del paraguas de la DOCa Rioja.

Asamblea de ABRA

La posible creación de una denominación de origen propia ha sido objeto de debate en el seno de ABRA, que el pasado mes de abril cambio su nombre por el de Asociación de Bodegas de Euskadi, una modificación que no sentó nada bien ni al Gobierno de Lakua ni a la Diputación de Araba. La presión fue tal que semanas después se volvió a convocar una reunión en la que se decidió dar marcha atrás y recuperar el nombre de ABRA.

La semana pasada se volvió a celebrar otra asamblea extraordinaria, en la que participaron 81 de las 109 bodegas que forman parte de la asociación. Los presentes aprobaron diversos cambios en los estatutos de la asociación, cuya validez ha sido puesta en entredicho por la junta directiva actual, que continuará en el cargo tras superar una moción de confianza.

La votación evidenció la división existente entre las bodegas que participan en ABRA, ya que 45 asociados votaron a favor del equipo liderado por Saúl Gil Berzal y 34 lo hicieron en contra.