El Tour 2020 vive este lunes su primer día de descanso después de la exhibición de los hombres fuertes de la carrera en el día de ayer. Como suele ser habitual en las jornadas de descanso, los corredores aprovechan para valorar su situación personal.

Es el caso de Mikel Landa, líder del Bahrain McLaren. «Pasé algún día complicado pero hay que mirar para delante. Después del fin de semana en Pirineos estamos más optimistas porque las sensaciones fueron buenas», ha señalado el ciclista en una rueda de prensa virtual de su equipo desde el hotel donde se alojan.

Desde la décima plaza de la general y con medio Tour por delante, el alavés no tiene duda de que «el podio sigue siendo posible». «Me voy a agarrar a esa posibilidad y luchar hasta el final», ha añadido.

No obstante, Landa ha explicado que no ve «inalcanzable el maillot amarillo». «Los rivales a batir están muy sólidos, pero aún queda mucha montaña, me quedan muchas montañas por delante».

Respecto a sus rivales, Landa analiza: «Les veo bien también. No ha habido grandes diferencias a pesar de que Pogacar, Roglic o Bernal, se hayan demostrado más fuertes. Los demás siguen estando ahí, no han demostrado síntomas de debilidad. Hay mucha igualdad», apunta.

Entre los rivales, Landa incluye a dos franceses, Romain Bardet, «que conoce el Tour», y Guillaume Martin, «un corredor que está sorprendiendo a todos».

Sobre el tiempo que perdió en la jornada de los abanicos camino de Lavaur, Landa ha lamentado aquel percance que le costó más de un minuto. Sin ese tiempo, ha dicho que «el resto del Tour lo considero perfecto».

Pendientes de las PCR y de la segunda semana del Tour

En este día de descanso los corredores están realizándose las PCR para confirmar que están bien de salud. En el caso de haber dos positivos en un mismo equipo, toda la formación será expulsada de la Grande Boucle.

Landa ha recalcado su inquietud al respecto: «Es una preocupación que haya un resultado malo, pero creo que se están tomando las medidas. Esperemos que esto siga adelante».

Ante la segunda semana del Tour, Landa se sigue sintiendo arropado por su equipo, a pesar de las dificultades pasadas.  «La baja de Rafa Valls fue importante y Poels no está bien, pero me siento respaldado. Estoy disfrutando porque me siento muy protegido. El equipo me empuja a ir más adelante y me facilita poder dar el cien por cien. En esta situación me siento cómodo», ha explicado.

Esta semana presenta varios alicientes. Tras el primer descanso llegan dos etapas llanas propicias para los sprinters, pero también para que el viento aparezca y reparta disgustos, sobre todo en la de este martes en la Isla de Ré.

Después la carrera entrará de nuevo al Macizo Central camino de Sarran y saldrá el viernes con la etapa más dura atendiendo a sus 4.400 de desnivel acumulado, en la que habrá que superar siete puertos. La meta en el Puy Mary (1ª, 5,4 km al 8,1%).

Una jornada de media montaña con final en Lyon cederá el testigo a un recorrido complicado por los montes del Jura. Día clave con Selle de Fromentel (1ª), Col de la Biche (1ª) y final en el Grand Colombier (Especial; 17,4 km al 7,1%).