Con la camiseta albiceleste de la selección argentina. Con la zamarra de Boca Juniors. Anteriormente con la de Argentinos Juniors. En Europa, con las elásticas del Barcelona y del Nápoles. Con todas ellas Maradona demostró que no tenía rival en la cancha, que era algo más que un jugador de fútbol. Tenía pasión y la demostraba. Era la Mano de Dios. Todo el mundo sabe que era un gol ilegal, pero sale como uno de los más importantes de la historia del fútbol mundial.

En este vídeo pueden verse 30 jugadas de Maradona que demuestran su calidad cuando tenía veinte años.

Aunque fuera un monstruo del balón, no pudo imponerse en El Sadar, a pesar de que metió dos goles.

Realmente Maradona no tuvo una buena experiencia jugando contra los equipos vascos. Su momento más crítico fue, sin duda, cuando resultó lesionado por Andoni Goikoetxea, jugador del Athletic.

Donde Diego, el Diego, sí que fue un ídolo, casi un dios, fue en Nápoles. No en vano dio a este equipo, a toda la ciudad, a Campania entera, una «vendetta» frente al poderoso norte de Italia en forma de títulos.

Sin embargo, su relación con Italia no acabó bien. No pudo soportar que los «tiffosi» silbaran el himno argentino en un partido que le enfrentó a Alemania.