Pello Guerra y la reina de Navarra

Iñigo Uriz | FOKU
Iñigo Uriz | FOKU

Pello Guerra regresa a las páginas de 7K, en las que trabajó muchos años, aunque esta vez el entrevistado es él, aprovechando que su último libro estará en Durango. En ‘Muerte a la reina de Navarra’ recrea los últimos años del gobierno de Juana de Albret, con sus conspiraciones políticas. Como en los buenos thrillers, hay intriga y acción; y, como en otras de sus obras, la realidad se mezcla con la ficción. Es, de momento, la última de sus novelas históricas, un género que fascina a este periodista y escritor «porque me apasiona la historia, principalmente la nuestra, y me encanta sumergirme en su estudio y, cuanta mayor sea la profundidad, mejor. También porque, a pesar de su riqueza, nuestro pasado es un gran desconocido para el público en general, y considero que las novelas contribuyen notablemente a su difusión y conocimiento, y a despertar el interés por saber más».

Guerra nos lleva a una Nafarroa independiente, la misma que llevó a decir a Shakespeare «Navarra será el asombro del mundo» y de ello dejó constancia en una de sus comedias, ‘Trabajos de amor perdidos’. «Lo que sucedía en ese reino le pareció tan interesante como para ambientar una de sus obras en él. El reino de los Albret llamaba la atención por el impulso que se daba a la actividad cultural y, a pesar de sus reducidas dimensiones en comparación con sus vecinos, España, Francia y el Papado no le quitaban ojo. Eran las grandes potencias militares y políticas del momento y todas ellas estaban dispuestas a echarse sobre él a la menor oportunidad para apropiárselo y atajar el experimento intelectual y religioso que se estaba llevando a cabo en su corte, conocido como navarrismo. Por lo tanto, algo especial tenía en vista de los intereses contrapuestos que despertaba», asegura.

A mediados de octubre, ‘Muerte a la reina de Navarra’ llegaba a kioscos y librerías respaldado por comentarios y críticas. El escritor iruindarra completa así la tetralogía sobre la conquista de Nafarroa en el siglo XVI, aunque admite estar dándole vueltas ya a un par de ideas. Sus seis novelas anteriores también pasaron por Durangoko Azoka, pero esta vez no será posible firmar ejemplares y mantener esa relación directa con los lectores que Pello valora como una experiencia tan bonita como enriquecedora: «El contacto directo con los lectores, comentar aspectos de la obra que me ha llevado hasta la feria o las anteriores resulta muy emocionante, ya que me encuentro con personas que se implican en la historia que he escrito casi tanto como yo mismo. Que me hablen de los personajes que he creado como si fueran alguien de la familia o un viejo conocido me impacta y emociona».

El coronavirus nos mantiene a distancia física, un fastidio:  «Es una auténtica lástima, pero no queda más remedio. Si nos hemos dejado en el tintero citas tan imprescindibles como sanfermines, se termina asumiendo que nos vamos a perder todo lo bueno del calendario, incluyendo la feria. Pero todo sea por conseguir que de una vez por todas remita la pandemia y de alguna manera podamos recuperar una normalidad lo más normal posible». ¡Que así sea!