Un total de 224 trabajadores –de una plantilla de unos 700 empleados– han suscrito la misiva, en la que indican que ese tiempo ha sido un periodo «enormemente fructífero para el desarrollo, definición, dignificación y consolidación» del hospital en el marco general de Osakidetza.

José Luis Sabas dejó su cargo la semana pasada, al igual que el exdirector del hospital de Basurto, Eduardo Maiz, que fue cesado de sus funciones tras conocerse que se había inoculado la vacuna sin seguir el protocolo establecido.

El dimitido director del hospital de Santa Marina aseguró que había comunicado a la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, que toda la plantilla del centro que dirigía iba a recibir la primera dosis de la vacuna.

Tras su dimisión, parte de la plantilla del hospital ha mostrado su apoyo a la labor que ha desarrollado al frente el centro, donde, según se indica en la misiva citada, llevó a cabo «profundos cambios arquitectónicos que han supuesto una mejora muy significativa de las instalaciones, que, junto a los nuevos equipamientos, han redundado en una mejor atención para los pacientes y unas mejores condiciones de trabajo».

Los firmantes, que indican que se han visto «desgradablemente» sorprendidos por la dimisión de Sabas, señalan que ello «ha permitido atender con eficacia la difícil situación» planteada por la pandemia.

Según afirman, el hospital «ha ganado en proyección pública e importancia social gracias a la labor de todos, liderada» por Sabas, a quien agradecen «los logros conseguidos» y el «ejercicio de liderazgo» de un gerente que «nunca nos dejó de lado en los momentos difíciles», aseguran.

«Queremos —añade la carta— que te vayas con el reconocimiento del trabajo bien hecho y que de este epílogo sorprendentemente polémico de la vacunación global a todos los trabajadores del hospital solo quede el recuerdo de que no tuvo otra motivación que el apoyo a todos nosotros, sin distinción de puestos y categorías profesionales».