Natxo Matxin
Redactor especializado en deporte. Osasuna

Suecia y Dinamarca protagonizarán una final escandinava inédita sin un claro favorito

Suecia y Dinamarca, actual campeona, se medirán este domingo en una final inédita entre las dos escuadras escandinavas sin una clara favorita, a tenor de lo que se ha visto a lo largo del campeonato.

La escuadra celebra su pase a la final veinte años después. (Anne-Christine POUJOULAT/AFP)
La escuadra celebra su pase a la final veinte años después. (Anne-Christine POUJOULAT/AFP)

Veinte años más tarde, Suecia volverá a estar en una final mundialista, tras aniquilar a Francia (26-32), el que fuese su verdugo en aquella cita de 2001 y en la final olímpica de Londres 2012. Los escandinavos exhibieron un gran juego coral ante un impotente cuadro galo.

Prácticamente de principio a fin, Suecia ha llevado la batuta en el marcador –Francia solo se ha puesto por delante con un 7-6 pasado el minuto 13– y se ha hecho acreedor por méritos propios de un puesto en la final.

El conjunto nórdico ha estado mejor en defensa, con sobresaliente aportación desde la portería de Andreas Palicka, no se ha precipitado en ataque buscando las mejores opciones de lanzamiento y ha llegado al cruce mucho más entero físicamente que su rival.

Todo lo contrario que una Francia que ha acusado las bajas en defensa, sus guardametas no han colaborado –4 paradas en 36 lanzamientos– y ha dejado patente su cansancio en algunos jugadores muy importantes.

Como cabía prever, el inicio ha sido bastante igualado, con iniciativa escandinava que se ha visto premiada hacia la mitad de la primera parte gracias a un parcial de 0-4 que ha dejado el luminoso en 7-10. Suecia ya no iría nunca por detrás.

Pese a ello, Francia, haciendo la goma, ha tenido diversos acercamientos que hacían pensar que podía volver a remontar, como ya hiciese frente a Hungría en cuartos, pero el potencial sueco se lo ha impedido.

El juego coral de los pupilos de Kristján Andrésson no ha dado pie a ello. Como una apisonadora, a cada acercamiento francés han contestado con un mejor rendimiento defensivo y ofensivo. El intercambio de goles se ha hecho continuo en el primer tramo de la segunda parte, algo que no ha beneficiado a Francia.

Sin embargo, a menos de diez minutos para la conclusión, los de Guillaume Gille han dispuesto de un balón para ponerse a dos goles y apretarle las tuercas a su adversario. Claire ha hecho unos desafortunados pasos para desaprovechar la ocasión y dejar patente que no era el día del cuadro galo.

Al final, faltando cinco minutos, Suecia ha anotado un 24-29 que ya se antojaba definitivo. De hecho, a partir de ahí los escandinavos se han dedicado prácticamente a celebrar su pase a la final veinte años después.

Siete contra seis en ataque, clave

La otra semifinal entre España y Dinamarca ha resultado mucho más igualada (33-35), pese a que los nórdicos han llevado la iniciativa en el luminoso en todo momento. El juego ofensivo danés de siete contra seis ha resultado decisivo en ataque para amasar una cierta ventaja que los hispanos no han podido enjugar.

De hecho, los de Jordi Ribera han llegado al último minuto con la posibilidad de posesión de balón para empatar el choque, pero el lanzamiento picado del joven pivote Rubén Marchán se ha encontrado con el larguero sin que el cuero traspasase después la línea de gol.

Los diez escasos segundos que han restado han sido muy bien gestionados por Dinamarca que incluso ha anotado para liberar toda la tensión acumulada durante una hora. Ha sido un envite en el que ha predominado el juego ofensivo sobre las defensas, con escasa aportación por ambas porterías, si bien la calidad de Landis y Pérez de Vargas ha aparecido en el último tramo para aumentar la emoción.

Hansen ha sido un martillo pilón sobre la defensa española, especialmente durante los veinte primeros minutos, pero luego poco a poco las fuerzas se han ido igualando y la renta máxima escandinava no ha pasado de las cuatro dianas.

Los hispanos han ajustado su línea defensiva tras el descanso y Dinamarca ha tenido muchos más problemas para anotar, pero los pupilos de Ribera solo han sabido traducir ese mejor balance atrás en continuos acercamientos que nunca han acabado en empate.

Así las cosas, el partido se ha encaminado hacia un ajustadísimo final que se ha decidido por esos detalles que acaban inclinando la balanza en un nivel máximo competitivo. Dinamarca ha sido más certera y se ha llevado la recompensa de optar a revalidar su actual título mundialista.