Ibai Gandiaga
Arquitecto

Reflejos del pasado

La operación Market Garden fue un gran desastre militar y humanitario, por obra y arte de los aliados sobre el teatro europeo de operaciones, sucedido ya en los estertores de la Segunda Guerra Mundial. Los británicos pretendían abrir un paso por los Países Bajos bajo ocupación nazi, y para ello plantearon numerosos bombardeos y operaciones aerotransportadas. Los holandeses arrimaron el hombro, y los trabajadores ferroviarios fueron a la huelga. Los nazis, en represalia, impidieron el transporte de víveres, lo cual llevó a una crisis humanitaria que se saldó con veinte mil holandeses víctimas de una tremenda hambruna, y una buena parte de su territorio fue devastado por causa de las bombas aliadas caídas sobre el terreno. El pueblo de Schijndel, en la Bramante del Norte holandesa, fue testigo de esto, con un enorme solar producido por las bombas aliadas en mitad de la ciudad como legado.

Catorce años después de que cayera la última bomba aliada sobre Europa, nacía en esa misma localidad un niño llamado Wilhelmus. ‘Winy’ para sus allegados, estaría destinado a ser parte de un estudio de arquitectura que dictaría la tendencia de la arquitectura europea de los años 90, MVRDV (el apellido del niño Winy Maas, daría la primera letra que completarían sus compañeros Jacob van Rijs y Nathalie de Vries).

Un joven Winy, que con 20 años planteó al Ayuntamiento de su ciudad natal que había que hacer algo con ese solar, no se amedrentó con la negativa a llevar a cabo su proyecto. No lo hizo ni la primera vez, ni la segunda, ni en la tercera… Finalmente, cuando Winy llevaba la séptima propuesta, y su estudio de arquitectura ya contaba con un enorme capital simbólico (representó a Países Bajos en la muy importante Exposición Internacional de Hannover del año 2000), el Ayuntamiento consideró la propuesta y un grupo de promotores privados se embarcó en la financiación. Ocho años más tarde, y después de grandes debates públicos, con posturas pro y contra, se llevó a cabo un proyecto de 1.600 m2 que nos habla de una manera de hacer frente al patrimonio.

El edificio, llamado ‘Granja de vidrio’, reproduce una arquitectura tradicional, con raíces medievales, que ya casi no existe en Países Bajos. Casualmente, las normas urbanísticas del lugar dejaban construir un volumen muy parecido al que una granja tradicional ocuparía, con su tejado a dos aguas y sus testeros amansardados. El único problema era la escala; el planeamiento dejaba construir un volumen de casi una vez y media el volumen de una granja. Los arquitectos sabían que el edificio necesitaba de ese espacio, ya que se pretendía plantear un mercado con restaurantes, tiendas y una zona comunitaria para cursos de bienestar, con lo que se decidió cambiar la escala del edificio, reproduciendo en su fachada de vidrio el volumen original de la granja tradicional, pero multiplicado 1,6 veces.

Con los ojos de la infancia. El estudio MVRDV recurrió al artista Frank van der Salm para poder fotografiar, con todo el detalle posible, una granja de manera que se pudiera componer un mosaico con esas imágenes. Se construyó un armazón de acero, revestido por un vidrio con una impresión mediante una técnica llamada cerámica digital, huyendo del típico vinilo decorativo que, después de un par de años, acaba cuarteándose y perdiendo tonalidad. Si se iba a por ese simulacro de fachada, se debía de asegurar la durabilidad del acabado.

El sistema de impresión permite graduar con mucha precisión la entrada de luz solar, y resuelve de un plumazo un problema que lastra esos prístinos volúmenes de vidrio que los arquitectos del Movimiento Moderno soñaron: la luz que entra y convierte todo en un invernadero. Desde 2013, año de finalización de este proyecto, hemos visto aplicaciones de esta tecnología de protección solar, como en el Rockheim Museum de Trondheim, que da una vuelta de tuerca a la tradicional fachada de vidrio.

El resultado es, como poco, un gran ejercicio que nos lleva a plantearnos cuestiones recurrentes en la arquitectura. ¿Qué es ‘verdadero’, y qué es una ‘réplica’? ¿Por qué reproducimos formas creadas para un tipo de construcción –madera, teja – cuando estos materiales no se tienen por qué usar?

En este caso, la réplica no se hace sin más, sino que se dota de una cualidad especial: la escala. Así, vemos las puertas y ventanas reproducidas en el vidrio de fachada con los ojos de la infancia, ya que están impresas a una escala mucho mayor de la habitual. Esa regresión al pasado también se da por la propia arquitectura vernácula que se reproduce, de la que solo queda, en muchos casos, meras fotografías en blanco y negro.