Natxo Matxin
Redactor, con experiencia en información deportiva
Entrevista
Asier Martínez
Atleta

«Corrí con cero presión negativa, meterme en la final para mí ya era un premio»

A sus 20 años, Asier Martínez finalizó cuarto en la prueba de 60 metros vallas en el campeonato europeo de pista cubierta celebrado el pasado fin de semana de Torun (Polonia). Sin presión, el atleta navarro firmó un sobresaliente 7.67, a cuatro centésimas del podio.

Asier Martínez, en las pistas donde entrena. (Idoia ZABALETA | FOKU)
Asier Martínez, en las pistas donde entrena. (Idoia ZABALETA | FOKU)

Tiene la cabeza lo suficientemente amueblada como para estudiar Ciencias Políticas en la UPV y tener claro que no le hace falta abandonar a su círculo más cercano para crecer deportiva y personalmente. "Martini", como le llaman cariñosamente sus más allegados, recibió un caluroso homenaje de sus amigos, bengalas incluidas, a su llegada a la estación de tren iruindarra de Cuatro Vientos procedente de Polonia, donde protagonizó una brillante actuación.

¿Con qué expectativas partía en esta su primera participación en un Europeo Indoor?

Pues la verdad es que no eran excesivamente ambiciosas, mi objetivo ya era estar ahí y competir. La idea era demostrar lo que venía haciendo hasta ahora e intentar dejar patente un buen nivel físico y técnico, con ello ya me sentía satisfecho.

He de reconocer que a todo el mundo le ha sorprendido lo que he conseguido y a mí mismo, también

¿Le sorprendieron los tiempos que iba logrando a medida que avanzaba el campeonato?

Un poco sí, aunque es cierto que era la línea que llevaba. Sabía que, si lo hacía bien, podía pelear por ciertos puestos. En todo caso, he de reconocer que a todo el mundo le ha sorprendido lo que he conseguido y a mí mismo, también.

¿Cómo vio desde dentro la final? ¿Se sintió presionado?

Uno de mis propósitos era meterme en la final y, una vez conseguido, me lo tomé como un premio, con cero presión negativa. Corrí con una motivación más tranquila y relajada y, aunque no fue una carrera perfecta, tampoco me pareció mala. Al fin y al cabo, fue todo un honor competir con toda esa gente a la que, desde pequeño, he idolatrado.

¿Qué sintió al ver que se quedaba a solo cuatro centésimas del podio? ¿Rabia o satisfacción por el cuarto puesto?

Me quedé muy satisfecho al ver en el marcador esa cuarta posición, me pareció algo casi increíble,  porque nadie se lo esperaba, ni yo mismo.

¿Objetivo a corto plazo, rebajar esa pequeña fracción de tiempo?

Lo importante es seguir trabajando en la misma línea que lo he hecho hasta ahora y no agobiarme por esas cuatro centésimas.

¿Qué ha aprendido tomando parte en una competición de tanto nivel?

Sobre todo, que el control mental puede llegar a ser fundamental, saber lo que mi cabeza siente en esas situaciones de presión. Lo vi en la final, en la que participé muy relajado y saqué una buena versión de mí mismo. También te quedas con las rutinas de tus rivales, cómo calientan o los movimientos que hacen antes de la prueba.

Después de esta gran actuación, ¿cuáles son sus próximos objetivos?

Me gustaría mantener este mismo nivel al aire libre, en la modalidad de 110 vallas, durante el campeonato europeo sub23 que se va a disputar a finales de julio en Noruega.

Dicen los técnicos que su forma de correr se acomoda mejor a la distancia de 110 metros.

Sí, es cierto. Posiblemente las primeras vallas me cuesten más que al resto, soy corredor de las últimas que ahí es donde mi velocidad punta se demustra más.

Creo que las Olimpiadas llegarán en su momento y estas no son las que me tocan

¿Ve factible poder entrar en el corte para participar en los Juegos Olímpicos de Tokio?

No me gusta anticiparme y ponerme metas especialmente ambiciosas, creo que las Olimpiadas llegarán en su momento y estas no son las que me tocan. Le tengo un respeto especial a los Juegos Olímpicos y a quienes las preparan.

¿Ha recibido ofertas para entrenar lejos de Nafarroa, habida cuenta de su progresión deportiva?

Las he tenido y esa opción siempre ha existido, ahora más todavía, pero pienso que mi sitio está aquí, con mi gente, mi familia y cuadrilla, además de mi grupo de entrenamiento y, especialmente, con mi entrenador. Estoy en un ambiente ideal para desarrollarme como deportista y persona, eso no se puede cambiar por ninguna beca, ayuda o infraestructura.

Habla de la especial relación con su entrenador, François Beoringyan, ¿en qué basa su metodología para mantener a sus atletas tan conectados?

Mantiene los criterios de la vieja escuela francesa de atletismo que tanto nos enganchan, con mucha disciplina a la hora de planificar los entrenamientos y rigidez en los planes de la temporada. Es lo más positivo que saco de él, su impoluta planificación deportiva, haciendo especial hincapié en un trabajo técnico muy bueno. Ahora se están viendo los resultados a nivel general de todo el grupo.

¿Él también fue quien le animó a cambiar del salto de altura a la de vallas?

Así es, comencé con esa primera modalidad por mi envergadura y potencia, pero fue François quien de manera bastante tajante me hizo ponerme a entrenar vallas y hay que reconocer que, hoy por hoy, se lo agradezco enormemente.

Su fisonomía –1,90 y 78 kilos– es más liviana comparada con otros rivales, ¿ventaja o inconveniente?

Pues pienso que lo primero, porque el modelo de vallista está cambiando hoy día. Con el avance de la ingeniería del deporte, ya no importa tanto un físico excesivamente pesado para desarrollar una fuerza y potencia equivalente a cuerpos de 90 kilos. En mi caso, puedo mover 400 kilos en sentadilla.

De casta le viene al galgo. Su ama fue vallista y su aita también practica el atletismo. ¿Cómo le inculcaron el amor por este deporte?

Pues desde muy pequeño ya me invitaron a practicarlo, evidentemente por imitación, ya que veía que ellos lo hacían. Eso me animó a probarlo hasta llegar a enamorarme de él en estos momentos.

Estudia Ciencias Políticas en la UPV. ¿Cómo compagina carrera y atletismo?

Por ahora no tengo inconveniente para compatibilizarlo, entreno cuatro días en Bilbo y otros 2-3 con mi entrenador en Iruñea. Ya estoy en mi tercer curso y luego me gustaría seguir estudiando Historia, una materia que me interesa mucho.

¿Comparte la demanda que hay por parte de la comunidad atlética navarra para que el estadio Larrabide disponga de una cubierta?

El que niega la necesidad de dicha cubierta es porque nunca ha entrenado o ha realizado una actividad física de alta exigencia a bajas temperaturas o con nieve. Invito a quienes no lo hayan hecho a que lo prueben y seguro que cambiarán de opinión.